Reportaje:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Cataluña

Rossi deja sin respuesta a Sete

El italiano firma su quinto triunfo en una prueba que maduró por su mejor juego de neumáticos

Sete Gibernau es un piloto extraordinario. Y ayer lo volvió a demostrar en su casa. La suya fue una carrera impecable, sin errores, pero no ganó. El vencedor fue Valentino Rossi, el mejor, el campeón, el mismo que suma cinco triunfos de seis posibles. A los 105.600 aficionados reunidos, cifra récord, no les quedó más remedio que venerar a il dottore. No tiene rival, y así lo afirma incluso Mick Doohan, al que sus cinco títulos con Honda le parecen un juego de niños comparados con las actuaciones de Rossi. El italiano es el único capaz de hacer volar a una Yamaha, y si no que se lo pregu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Sete Gibernau es un piloto extraordinario. Y ayer lo volvió a demostrar en su casa. La suya fue una carrera impecable, sin errores, pero no ganó. El vencedor fue Valentino Rossi, el mejor, el campeón, el mismo que suma cinco triunfos de seis posibles. A los 105.600 aficionados reunidos, cifra récord, no les quedó más remedio que venerar a il dottore. No tiene rival, y así lo afirma incluso Mick Doohan, al que sus cinco títulos con Honda le parecen un juego de niños comparados con las actuaciones de Rossi. El italiano es el único capaz de hacer volar a una Yamaha, y si no que se lo pregunten a Colin Edwards, que lleva una moto de la misma marca, y entre la M1 con el dorsal 46 y la del tejano entraron cinco Honda.

Más información

Gibernau lideró la carrera nada más salir; pero, mediada la primera vuelta, su compañero de equipo, Marco Melandri, se coló por el interior y pasó a mandar, dispuesto a refrendar que es la alternativa a Rossi. El campeón fue remontando paulatinamente: pasó sexto en la primera curva y se colocó tercero en una maniobra disuasoria, signo de que estaba dispuesto a batirse sin contemplaciones. A Gibernau, mientras, las ganas de complacer a la afición a punto estuvieron de jugarle la misma mala pasada que en Mugello. Pasó que en el tercer viraje el barcelonés entró demasiado veloz en una de las curvas más cerradas y su neumático delantero impactó con la goma trasera de la de Melandri. Un susto.

Rossi, en cambio, se mostraba más fiable que nunca, y de tercero pasó a ser segundo, y de segundo a liderar la carrera en el cuarto giro. El mano a mano entre el italiano y el catalán estaba servido, con el permiso de Melandri. Rossi quería ganar en casa de Gibernau y éste buscaba la manera de decirle a Rossi que iba a disputarle el título. Las opciones del barcelonés se reflejaron a 17 vueltas del final, cuando marcó un nuevo récord del circuito y aumentó a medio segundo la ventaja respecto a Rossi. Las diferencias entre uno y otro se movieron en un margen de entre dos y cuatro décimas, hasta que el italiano tiró a falta de tres giros cuando enfilaba la recta principal.

Allí acabó el contacto entre ambos y Rossi le tomó una ventaja decisiva a Gibernau, superado por los problemas con los neumáticos. "El rendimiento de las gomas ha sido el esperado", confesó después el español. "Si no llega a ser por un problema que hemos tenido con la parte izquierda del neumático trasero, habríamos podido mantener la ventaja adquirida. El problema ha permitido a Rossi llegar hasta nosotros".

Rossi, especialmente diligente cuando calzó dos compuestos duros frente al mixto utilizado por el catalán, resultó entonces tan inalcanzable que batió el récord de Gibernau. En un viraje, el italiano le comió seis décimas al catalán, para demostrar que la carrera se había acabado. Rossi fue aumentando su diferencia respecto a Gibernau, al que resultaba imposible gobernar su moto. Al final, la diferencia fue tan notoria que cuando a Melandri se le preguntó si podía ser la alternativa a su compatriota, respondió: "No, este Mundial es un duelo entre Valentino y Rossi".

Valentino Rossi, por delante de Sete Gibernau.VICENS GIMÉNEZ

Archivado En