Touriño: "El PP está al final de su recorrido en Galicia"

Emilio Pérez Touriño ya se siente presidente de la Xunta de Galicia. Ayer, en la plaza fuerte de Vilagarcía de Arousa, y ante más de 1.000 personas, cambió su discurso mitinero para hablar del día después de la victoria. "Está claro que la etapa del PP ya llegó al final de su recorrido, sólo pueden ofrecer agotamiento, parálisis y una descarnada lucha por la sucesión", aseguró. Y relató las 10 características que tendrá su Gobierno: fuerte, para todos, transparente, cercano, que escuche, innovador, eficiente, colaborador con el Ejecutivo central, paritario y dialogante, que garantice la unidad...

Emilio Pérez Touriño ya se siente presidente de la Xunta de Galicia. Ayer, en la plaza fuerte de Vilagarcía de Arousa, y ante más de 1.000 personas, cambió su discurso mitinero para hablar del día después de la victoria. "Está claro que la etapa del PP ya llegó al final de su recorrido, sólo pueden ofrecer agotamiento, parálisis y una descarnada lucha por la sucesión", aseguró. Y relató las 10 características que tendrá su Gobierno: fuerte, para todos, transparente, cercano, que escuche, innovador, eficiente, colaborador con el Ejecutivo central, paritario y dialogante, que garantice la unidad de los gallegos.

"Fraga os pide el voto porque lo necesita el PP, yo os lo pido porque lo necesita Galicia", aseguró Pérez Touriño ante un público entregado que mascaba el éxito tras años de fracaso y le interrumpía constantemente con el "se nota, se siente, Touriño presidente" y cánticos de "se va el caimán, se va pa' la Barranquilla", en referencia al presidente Manuel Fraga, definido por el líder socialista como "una carga para Galicia". "Vamos a cerrar un capítulo de nuestra historia y abriremos uno nuevo", insistía con dificultades para que le dejaran continuar, sobre todo las señoras.

La división del PP le llevó a otro mensaje: "El cambio será una inyección de salud, un acto de sentido común, pero también es el camino más seguro. Renunciar a él sólo puede traer frustración, resignación, pesimismo y división social".

El discurso, muy pensado por el equipo de campaña y leído casi íntegramente por el candidato, compromete al futuro presidente a respetar a todos los alcaldes, aunque sean del PP, a no favorecer a los socialistas en nada, al contrario de lo que, aseguró, ha hecho Fraga. Las prioridades serán tres, empleo, educación y más autogobierno, pero sin conflictos identitarios: "Galicia es lo que quiere ser: una nacionalidad histórica que forma parte de España. La reforma del Estatuto no será un problema para nadie".

Touriño logró una asistencia que triplica a la habitual en su campaña. Vilagarcía es desde hace 14 años plaza fuerte socialista, y se notó. De hecho, el PSdeG abandonó por un día el televisivo pero frío cuadrilátero, un decorado muy poco natural, por un moderno auditorio que se venía abajo con el candidato y los teloneros. A medida que entraba la gente, la organización retiraba unas lonas negras de las últimas gradas, que colocó para disimular ante las cámaras un posible pinchazo que nunca llegó.

Las encuestas y la sensación de campaña, a medida que pasan los días, van poco a poco animando a los militantes, que reciben a Touriño con gritos de "presidente, presidente". En los corrillos, antes y después de los mítines, se escucha a la gente compartir su optimismo. Después de 16 años de mayoría absoluta del PP, los socialistas sienten por primera vez que la Xunta está al alcance de la mano.