Juzgan en Jaén a los tres responsables de una obra en la que murió un trabajador

Un constructor, un arquitecto y un aparejador se sentaron ayer en el banquillo de los acusados en el Juzgado de lo Penal número tres de Jaén acusados de un delito contra la seguridad de los trabajadores por la muerte, en abril de 2000, de un trabajador de 25 años, José Antonio Baraja Martínez, al precipitarse al vacío mientras trabajaba en una obra en Huelma (Jaén). Los tres se enfrentan a una petición de la fiscalía de dos años y dos meses de prisión, además de una responsabilidad civil de 150.200 euros. Este caso ya fue juzgado en mayo de 2003, siendo absueltos los tres acusados. Sin embargo...

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Un constructor, un arquitecto y un aparejador se sentaron ayer en el banquillo de los acusados en el Juzgado de lo Penal número tres de Jaén acusados de un delito contra la seguridad de los trabajadores por la muerte, en abril de 2000, de un trabajador de 25 años, José Antonio Baraja Martínez, al precipitarse al vacío mientras trabajaba en una obra en Huelma (Jaén). Los tres se enfrentan a una petición de la fiscalía de dos años y dos meses de prisión, además de una responsabilidad civil de 150.200 euros. Este caso ya fue juzgado en mayo de 2003, siendo absueltos los tres acusados. Sin embargo, el caso se reabrió poco después tras tenerse constancia de que el principal testigo había mentido.

Durante el juicio, que quedó visto para sentencia, los tres responsables de la obra aseguraron que se cumplían las medidas de seguridad. No obstante, el constructor, M.J.M., admitió durante su declaración que el plan de seguridad no se presentó ante la Junta hasta cinco días después de producirse el accidente. "En los pueblos no se lleva el plan de seguridad a rajatabla", llegó a decir. El accidente mortal se produjo cuando el constructor ordenó retirar un plástico que se había colocado sobre la cubierta de la vivienda para protegerla de la lluvia. Fue entonces, cuando José Antonio Baraja resbaló y se precipitó por un hueco al patio de luces de la vivienda colindante, cuyas obras estaban paralizadas.

Uno de los testigos, el albañil Manuel Justicia, que trabajaba con el fallecido, declaró que el constructor les dijo que declarasen que estaban trabajando en la casa número 20, y no en la número 18 (donde cayó el cuerpo del fallecido), y añadió que trabajaban sin ninguna medida de seguridad.

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