Siniestro Total llena de ironía y tintes oscuros su nuevo trabajo

Siniestro total vuelve a la carga con Popular, democrático y científico, que viene a ser el decimosexto álbum de su carrera y que mañana presentarán en Madrid en la sala Arena (21.00). Julián Hernández, voz y guitarra; Javier Soto, guitarra; Ángel González, batería; Óscar G. Avendaño, bajo, y Javier Beltrán, saxo, han pergeñado en esta ocasión un disco que abunda en las constantes filosófico-etílicas del grupo.

En términos musicales, este nuevo trabajo del grupo vigués supone un completo viaje a las influencias negras de la banda. Así lo explica su líder y fundador, Julián Hernán...

Siniestro total vuelve a la carga con Popular, democrático y científico, que viene a ser el decimosexto álbum de su carrera y que mañana presentarán en Madrid en la sala Arena (21.00). Julián Hernández, voz y guitarra; Javier Soto, guitarra; Ángel González, batería; Óscar G. Avendaño, bajo, y Javier Beltrán, saxo, han pergeñado en esta ocasión un disco que abunda en las constantes filosófico-etílicas del grupo.

En términos musicales, este nuevo trabajo del grupo vigués supone un completo viaje a las influencias negras de la banda. Así lo explica su líder y fundador, Julián Hernández: "En lo musical siempre tenemos alguna referencia inequívocamente negra. Aquí han salido también junto a cosas más pálidas, como podría ser la visión del blues que tenía gente como J. J. Cale o Credence Clearwater Revival. Así no se nos queda todo como una especie de disco de arqueología, cosa que no procede".

La temática del álbum adquiere ciertos tintes oscuros, como reflejos del enloquecido y desesperanzado mundo de 2005. Pura carga filosófica que Julián admite con ironía: "¿Pero cuándo no hemos hecho nosotros filosofía? Si, nada más empezar, titulas un disco ¿Cuándo se come aquí?, lo que estás haciendo es aplicar la filosofía a la vida cotidiana. En el caso de nuestro último álbum es puro situacionismo con una vertiente más maoísta y psicodélica. Esta vez sí que han salido cosas, desde cuestiones muy próximas a la realidad más cercana a cosas más esquizofrénicas, paranoicas y oníricas".

En esta ocasión, Siniestro habla, por ejemplo, "de fracasos personales terribles, como en Demasiadas hostias al aire, en la que se trata la metáfora del boxeador sonado que da golpes al aire y eso le cansa más que el que le zurren. El esfuerzo sin resultados es mucho peor que darte de cabeza contra las paredes". En Monstruos, el grupo toca "la paranoia de vivir en una sociedad en la que estás permanentemente rodeado de monstruos que, curiosamente, tienen dos ojos y 10 dedos. Dicho así da mucho miedo, pero, si te paras a pensarlo, es la pura verdad".

Un incesto terrorífico

También hay espacio para lo surrealista con tintes terroríficos: "Hay muchos fantasmas interiores y cosas que dan mucho miedo, como la canción Las piernas de Cristo". Y temas que emanan galleguismo por todas sus notas: "Bésame, soy gallego es un tema de amor por Galicia que, al ser canción de amor por la Madre Patria, si traduces el amor por sexo, resulta de un incesto terrorífico". Por último, Julián señala el tema Eterna relación como "una pincelada de algo parecido al antimilitarismo. Es una idea de Moncho Alpuente acerca del general Millán Astray y de cómo se iba quedando sin ojos, dedos y otros miembros. Moncho decía que, al ser el novio de la muerte, lo que pasaba era que su novia era celosa".

Pese a que pudiera parecerlo, Julián Hernández no está demasiado de acuerdo con la etiqueta de punk con la que es fácil relacionar a Siniestro Total: "Algo hay, pero es que nosotros en lo musical no fuimos nunca del todo punk. En el primer disco hay canciones que parecen de los Jam o de The Cure. Eso sí, las actitudes, las ideas, la ironía, la intervención en los medios, el do it yourself, que practicamos sí que es puro punk". Veterano de los tiempos de la movida, al inquirírsele si en aquellos lejanos tiempos era más fácil que ahora hacer una banda como Siniestro Total, Julián responde: "Era más duro al principio, porque los instrumentos eran más caros y difíciles de conseguir. Lo que sí está claro es que ahora la libertad es carísima. Cuando empezamos, estaba mucho más barata".