Olaizola II e Irujo se juegan el título manomanista

Esta tarde, a partir de las 18 horas, el frontón Atano III no sólo va a vivir una final más de la larga historia del Manomanista. Hoy, la pelota tiene la posibilidad de encontrar un dominador claro y un referente del juego como lo fueron Atano II en los 40, Azcárate en los 60, Retegui I en los 70 o Retegui II entre las décadas de los 80 y 90.

El nombre del sucesor y por el que apuesta la cátedra es Juan Martínez de Irujo, un jovenzuelo de 23 años al que le falta un día para cumplir su segunda temporada como profesional. En esta corta trayectoria ha conquistado un subcampeonato del Parej...

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Esta tarde, a partir de las 18 horas, el frontón Atano III no sólo va a vivir una final más de la larga historia del Manomanista. Hoy, la pelota tiene la posibilidad de encontrar un dominador claro y un referente del juego como lo fueron Atano II en los 40, Azcárate en los 60, Retegui I en los 70 o Retegui II entre las décadas de los 80 y 90.

El nombre del sucesor y por el que apuesta la cátedra es Juan Martínez de Irujo, un jovenzuelo de 23 años al que le falta un día para cumplir su segunda temporada como profesional. En esta corta trayectoria ha conquistado un subcampeonato del Parejas, una txapela del Manomanista y otra del Parejas. Hoy es su cuarta final y, en esta breve andadura, sólo ha conocido las mieles de las victorias. El de Ibero es solvente, juega muy largo con ambas manos, es incombustible y rápido de piernas y lengua. La mitad del público lo adora y el resto echa en cara su precipitación y un afán de riesgo en la finalización de los tantos que lo llegan a convertir en un funambulista de la chapa y el ancho. "Con regalos y todo resuelvo los partidos, ¿qué será el día en el que no regale?", se pregunta Martínez de Irujo.Como rival, el de Ibero se encontrará a Aimar Olaizola, el último pelotari que ha levantado los elogios unánimes de todo el mundillo. El pequeño de los Olaizola sólo tiene 25 años, pero lleva más de siete de profesional. Pese a su seriedad, buena defensa, fuerza bruta y remate más que solvente, su trayectoria ha estado sembrado de lesiones y momentos muy bajos. Cuando se iba a encumbrar en la final del mano a mano contra Patxi Ruiz, hace dos cursos, se resintió de una lesión y acabó el partido sin derecha y con sólo 7 tantos en el marcador. Su diestra ha sido su cruz y aún levanta incertidumbre en cuanto se le cae alguna pelota. Además, sabe que Martínez de Irujo puede ser una bestia insaciable. Ahí queda, para la posteridad, el tanteo más abultado de la historia del Manomanista: Martínez de Irujo 22- Aimar Olaizola 1, el 9 de mayo de 2004 en el Ogueta, hace sólo un año.

Es la historia del vencedor y la del redimido que se cruzan una vez más. La lucha de siempre. Martínez de Irujo no tiene que preocuparse sino por sus nervios y su meñique izquierdo, algo tocado desde antes de la remontada en semifinales contra Patxi Ruiz. No ha perdido ni un partido en el mano a mano desde su debut, viste de rojo y es el favorito. Olaizola II, sin embargo, debe lidiar contra toda su historia de decepciones y subcampeonatos, contra su brazo derecho y contra aquellos que han dado por cerrada su carrera cuando todavía le queda todo por demostrar.

Este año, la final la disputan por segunda vez consecutiva dos atacantes. Si la pasada temporada Martínez de Irujo logró su primera txapela contra Xala, ahora busca revalidarla enfrentándose a Olaizola. Dos duelos consecutivos en la final del mano a mano no ocurrían desde los choques entre Retegui II y García Ariño IV en los años 1981 y 1982.

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