Crónica:

El peor es el que ríe

El Arsenal gana por penaltis a un Manchester United dominador de arriba abajo

El Arsenal salvó la temporada por la puerta de atrás: ganó la Copa de Inglaterra por penaltis tras salir vivo de milagro del partido y de su prórroga. Sólo la mala fortuna, los postes, sus defensas interviniendo sobre la misma línea de gol e incluso la buena actuación de su portero, Lehmann, impidieron al Manchester United llevarse una final que acabó sin goles y tuvo que decidirse con los lanzamientos desde los once metros.

El cuadro londinense, que necesitó 98 minutos para realizar su primer y último tiro a puerta en 120 de juego -la ejecución de una falta, a cargo del holandés Van Pe...

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El Arsenal salvó la temporada por la puerta de atrás: ganó la Copa de Inglaterra por penaltis tras salir vivo de milagro del partido y de su prórroga. Sólo la mala fortuna, los postes, sus defensas interviniendo sobre la misma línea de gol e incluso la buena actuación de su portero, Lehmann, impidieron al Manchester United llevarse una final que acabó sin goles y tuvo que decidirse con los lanzamientos desde los once metros.

El cuadro londinense, que necesitó 98 minutos para realizar su primer y último tiro a puerta en 120 de juego -la ejecución de una falta, a cargo del holandés Van Persie, a la escuadra, aunque demasiado suave como para sorprender a Carroll-, se guardó el acierto para los penaltis. Acertaron sus cinco lanzadores (Lauren, Ljungberg, Van Persie, Cole y Vieira). Scholes, uno de los jugadores más efectivos del fútbol inglés, falló el segundo del Manchester, haciendo estéril el acierto inicial de Van Nistelroy y los posteriores de Cristiano Ronaldo, Rooney y Keane.

ARSENAL 0 - MANCHESTER UNITED 0

Arsenal: Lehmann; Lauren, Touré, Senderos, Cole; Cesc (Van Persie, m. 86), Vieira, Gilberto Silva, Pires (Edu, m. 105); Reyes y Bergkamp (Ljungberg, m. 65).

Manchester United: Carroll; Brown, Ferdinand, Silvestre, O'Shea (Fortune, m. 77); Fletcher (Giggs, m. 91), Keane, Scholes; Cristiano Ronaldo, Rooney y Van Nistelrooy.

Árbitro: M. Styles (GB): amonestó a Cole, Lauren, Viera, Silvestre y Scholes y expulsó a Reyes (m. 122) por dos tarjetas amarillas.

71.876 espectadores en el Millennium Stadium

Tanda de penaltis: 0-1. Van Nistelrooy, gol. 1-1. Lauren, gol. 1-1. Scholes, falla. 2-1. Ljungberg, gol. 2-2. Cristiano Ronaldo, gol. 3-2. Van Persie, gol. 3-3. Rooney, gol. 4-3. Cole, gol. 4-4. Keane, gol. 5-4. Vieira, gol.

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La final de Cardiff enfrentaba a los dos gallitos de la Premier League en el último decenio, aunque este año el Chelsea les ha limado los espolones. Los duelos entre el Manchester y el Arsenal suelen ser igualados, llenos de tensión, violencia, rachas de buen juego y goles dramáticos. El Arsenal salía ayer como claro favorito después de haber desplegado un fútbol primoroso en las últimas semanas a pesar de no contar con el lesionado Henry. Esa baja no le impidió endosar un 7-0 la semana pasada al Everton, la revelación de la temporada. El Manchester, en cambio, llegaba a la final de la Copa con el juego y la moral por los suelos, humillado por el Chelsea en Old Trafford, en un partido ya intrascendente, y en pleno torbellino social y mediático tras la irrupción del magnate estadounidense Malcolm Glazer en su propiedad como un elefante en una cacharrería.

Pero fútbol es fútbol, como decía Bujadin Boskov, y el Arsenal sólo ofreció 20 minutos de control al principio del partido, aunque sin crear ninguna oportunidad de gol, y fue cediendo la iniciativa y el partido al Manchester. Mientras Pires, Reyes y Bergkamp divagaban perdidos por el campo, Cristiano Ronaldo y Rooney azuzaban con enorme peligro la defensa londinense y Van Nistelrooy, fuera de forma en una temporada llena de lesiones, se iba entonando cada vez más. Lauren era incapaz de frenar a Ronaldo, pletórico de velocidad y picardía y cada día más jugador de equipo. Rooney, con menos juego para la galería, fue un tormento constante para el Arsenal.

La segunda parte fue aún peor para los de Arsène Wenger y ni siquiera la tardía, pero refrescante, entrada del diablo Van Persie les convirtió en un equipo peligroso. Dos gestos retrataron la impotencia final del Arsenal: el galope constante de Ronaldo al borde del final de los 90 minutos iniciales que obligó a Vieira a derribarle para evitar lo peor y los nervios desatados de un Reyes desdibujado y agresivo que se fue a la ducha por doble amonestación en el tiempo de prolongación de la segunda parte de la prórroga. Pero esta vez el Manchester no tuvo suerte y el peor equipo ganó la Copa inglesa.

Vieira (a la derecha) y Lehmann, el portero, se abrazan tras el triunfo del Arsenal mientras sus compañeros corren a hacer la piña con ellos.ASSOCIATED PRESS

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