Crónica:LA CRÓNICA

El vuelo del AVE

Mirando al Montseny, la vía del tren de alta velocidad se apresta a saltar la autopista, por cuya izquierda ha de seguir el camino hacia Francia. Alternando tramos aún pendientes de proyecto con otros de trabajo intenso, el tren de alta velocidad (AVE) avanza a grandes saltos. No tiene nada que ver con la ironía del vuelo gallináceo de los artículos de Josep Pla, a no ser por el retraso acumulado en los plazos de construcción. No se le espera en Barcelona antes de 2007, ni antes de 2009 en La Jonquera, donde se arañan ya las tierras para perforar un largo túnel fronterizo.

Talas de bosq...

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Mirando al Montseny, la vía del tren de alta velocidad se apresta a saltar la autopista, por cuya izquierda ha de seguir el camino hacia Francia. Alternando tramos aún pendientes de proyecto con otros de trabajo intenso, el tren de alta velocidad (AVE) avanza a grandes saltos. No tiene nada que ver con la ironía del vuelo gallináceo de los artículos de Josep Pla, a no ser por el retraso acumulado en los plazos de construcción. No se le espera en Barcelona antes de 2007, ni antes de 2009 en La Jonquera, donde se arañan ya las tierras para perforar un largo túnel fronterizo.

Talas de bosque y movimientos de tierra para la construcción de la gran línea y de zanjas, taludes, viaductos y galerías empiezan a ser visibles al norte del castillo de Figueres. En Pont de Molins, la primavera ha inundado de verdes el encajonado valle del río Muga. Nada hace presagiar el futuro vuelo del AVE, pero los vecinos de las alturas ya han visto comenzar los trabajos para el futuro viaducto que ha de cruzar entre los dos núcleos del municipio: el antiguo de Molins, con la iglesia, el cementerio y una harinera abandonada, y el Pont, crecido más tarde junto a la N-II.

L'Empordà limitará el desarrollo urbanístico al crecimiento ponderado de las poblaciones y evitará la expansión de urbanizaciones

Las máquinas ya han abierto camino en Biure, tras unas pequeñas lomas, donde Pere Corominas concibió su poema en prosa sobre Les gràcies de l'Empordà (1919). Una de esas gracias eran los burros con los que los yeseros del lugar hacían su comercio por la comarca y que tras la plaga de la filoxera trajeron, de contrabando, viñas nuevas de Francia. Algo más al norte, las obras han alumbrado un yacimiento neolítico en el término de Capmany, cerca del antiguo balneario de Banys de la Mercè, con sus neones de burdel y la capilla decapitada.

Los más bajos y accesibles pasos pirenaicos son una geografía trufada de restos, verdadero poso de los grandes desplazamientos de los imperios y culturas que en la historia han sido. El túnel del AVE cruzará por donde se creyó que habían pasado Aníbal y sus elefantes, donde se alzaron las columnas romanas del emperador Pompeyo y donde los almogávares se encarnizaron sobre las tropas en retirada del rey de Francia, precedidas por su propio féretro, en 1285. Donde el fuerte de la Bellaguarda, tres siglos y medio bajo bandera francesa, vigila simbólicamente la frontera, sin poder evitar los tráficos humanos y mercantiles menos deseables. Por donde, al final de la Guerra Civil, huyeron al exilio medio millón de españoles.

Tierra de paso, cuyos habitantes asisten, atónitos, a un cambio de valores de esta condición histórica y geográfica, que tantos beneficios ha dejado a lo largo de los siglos y ha impreso carácter.

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A diferencia de la autopista y sus accesos, el AVE pasará volando entre Girona y Perpiñán. En Vilafant, saliendo de Figueres hacia Olot, una pancarta alerta en la carretera contra el territori trinxat por tanta infraestructura de paso: tercer carril de la autopista, AVE, nuevo cinturón de ronda, líneas eléctricas de alta tensión, algún oleoducto... Pide respeto para el pueblo.

Una reciente e insólita asamblea de alcaldes fronterizos franceses y españoles en Le Perthus ha dejado una doble sensación de impotencia a propósito del proyecto con menos aceptación: una línea internacional de alta tensión para la que ya hay trayecto hasta Santa Llogaia d'Àlguema, junto a Figueres, y falta decidir sobre el camino hasta la frontera.

A la impotencia de los municipios para oponerse al paso de una verdadera autopista volumétrica de hasta 40 por 40 metros de ocupación y afectación, se añade la de los gobiernos para intervenir sobre los intereses estratégicos de las grandes compañías eléctricas. Incluso, al parecer, para hacer cumplir las obligaciones de renovación de la obsoleta red de distribución de la Costa Brava.

Con todo, el Empordà ha tenido una buena noticia de la Generalitat: un plan de ordenación para limitar el desarrollo urbanístico al crecimiento ponderado de las poblaciones y evitar la expansión ilimitada de urbanizaciones. Salvaguardar la integridad del paisaje y la sostenibilidad del territorio. Esta es una llanura frágil -una "plana sensible", en palabras ajustadas de un arquitecto-, hasta hoy indefensa ante la voracidad constructora. El paisaje como patrimonio cultural, principal reclamo y único capital de futuro de esta comarca.

Paisaje hollado, irremisiblemente, por infraestructuras de paso.

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