Terremoto en el Valencia

El Valencia se ha convertido en el club de los despropósitos. El presidente, Juan Soler, ha asegurado de un plumazo la bonanza económica de la entidad -ayer consiguió que la junta de accionistas aprobara su gran plan urbanístico en Porxinos con un 99% de votos a su favor-, pero deportivamente el club es un caos. Justo en el momento en que el equipo se juega su futuro europeo en el decisivo partido de hoy ante el Espanyol, el Valencia ha comenzado a planificar el curso siguiente. El viernes, mientras el técnico, Antonio López, se quejaba en rueda de prensa por su marginación a cargo de los dire...

El Valencia se ha convertido en el club de los despropósitos. El presidente, Juan Soler, ha asegurado de un plumazo la bonanza económica de la entidad -ayer consiguió que la junta de accionistas aprobara su gran plan urbanístico en Porxinos con un 99% de votos a su favor-, pero deportivamente el club es un caos. Justo en el momento en que el equipo se juega su futuro europeo en el decisivo partido de hoy ante el Espanyol, el Valencia ha comenzado a planificar el curso siguiente. El viernes, mientras el técnico, Antonio López, se quejaba en rueda de prensa por su marginación a cargo de los directivos, Soler recibía a la misma hora en su despacho a Javier Subirats, a quien le ofreció el cargo de director deportivo para la siguiente temporada. Y eso que el Valencia le garantizó a López su continuidad en ese mismo cargo o como entrenador a los 15 días de sustituir a Ranieri.

Tan cauteloso como ha sido en los negocios inmobiliarios para la entidad, Soler se ha precipitado en cada paso que ha dado en la parcela deportiva. Primero, en la defensa de la contratación de Claudio Ranieri, a quien dio poderes absolutos como manager general y un contrato multimillonario -ambas partes se verán las caras en los tribunales en junio por el finiquito-; y luego al repetir el mismo error con López: le aseguró por contrato que seguiría como técnico si lograba la clasificación para la Liga de Campeones, y como director deportivo en caso contrario. Sin embargo, el club ha perdido la confianza en el entrenador y le ha dejado sin apoyos. Es más, airea las reuniones con otros técnicos, como Subirats. López se siente marginado, arrinconado -"me han echado la culpa de todo"-, y los jugadores, que a su llegada le defendieron, bajan la cabeza.

"Estamos negociando", admitió ayer Soler acerca de su reunión con Subirats; "hemos llegado a una serie de principios de acuerdo". El día anterior había negado rotundamente las negociaciones.

El equipo ha perdido el rumbo y no levanta cabeza. Es el quinto peor de la segunda vuelta y el objetivo de la Champions parece lejanísimo. Incluso el club se plantea jugar la Intertoto. "No renunciaríamos a la Intertoto, primero porque hay una serie de contratos [televisivos: Canal 9 lo exige] y después porque perderíamos puntos en la UEFA que cuestan mucho conseguir y que cuando estemos en la Liga de Campeones nos puede situar en un buen bombo", dijo ayer Soler. El Valencia juega hoy en Montjuïc sin Mista, Curro Torres ni Moretti, lesionados, ni Sissoko ni Marchena, sancionados. Fiore se ha quedado fuera por decisión técnica. Mista, con una contractura, fue el último en caer, ayer, tras una temporada en la que el Valencia ha sufrido una pésima preparación física.

Enfrente, Lotina ha armado un equipo a semejanza del antiguo Valencia de Benítez. Precisamente el técnico del Espanyol es uno de los que suena en Mestalla para el banquillo de la próxima temporada. "El Valencia tiene una de las plantillas más completas de la Liga, pero muchas dudas. Están soportando mucha presión y es normal que los jugadores pierdan un poco de autoestima. Es un rival herido", explicó ayer Lotina. Tamudo ha entrado en la convocatoria y hoy, en el calentamiento previo, realizará una última prueba tras recaer esta semana de un problema muscular. Corominas será titular en lugar de Fredson.