Cristina Branco se muestra viajera y melancólica en su álbum 'Ulisses'

A la avalancha de cantantes portuguesas, más o menos próximas al fado, que ha tenido lugar en los últimos años (Misia, Mariza, Dulce Pontes, Mafalda Arnauth, Katia Guerreriro...) se ha unido Cristina Branco, acaso la más atípica por haberse dado a conocer antes en Holanda que en su propio país. Iba para periodista, pero el fado la atrapó después de haberse empapado del jazz de Sara Vaughan, Billie Holiday o Ella Fitzgerald. En su anterior disco, el erótico Sensus (2003), se arrimaba a autores brasileños como Vinicius de Moraes o Chico Buarque, y ahora se muestra más viajera y mundana au...

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A la avalancha de cantantes portuguesas, más o menos próximas al fado, que ha tenido lugar en los últimos años (Misia, Mariza, Dulce Pontes, Mafalda Arnauth, Katia Guerreriro...) se ha unido Cristina Branco, acaso la más atípica por haberse dado a conocer antes en Holanda que en su propio país. Iba para periodista, pero el fado la atrapó después de haberse empapado del jazz de Sara Vaughan, Billie Holiday o Ella Fitzgerald. En su anterior disco, el erótico Sensus (2003), se arrimaba a autores brasileños como Vinicius de Moraes o Chico Buarque, y ahora se muestra más viajera y mundana aunque más introspectiva en Ulisses, un disco viajero que el próximo verano presentará en directo en varias ciudades españolas.

"Es un viaje geográfico, pero también un viaje hacia mi interior. Es como una impresión digital", dice. Tal vez sea Liberté, una adaptación del célebre poema de Paul Eluard, que ha musicado para ella su inseparable guitarrista Custodio Castelo, su pareja sentimental hasta hace poco, la pieza que mejor exprese todo el contenido del disco y sus intenciones: "Ahí es donde me he sentido más a gusto en mi interpretación. Habla de una realidad pacífica, una realidad que no se manifiesta explícitamente, como si no estuviera presente. Es de algo que mis padres me hablaron mucho; la libertad casi como una utopía, que se puede crear en tu imaginación".

Cristina Branco se expresa muy bien en castellano (de broma, ella dice "portoñol"), en el que canta una versión de Alfonsina y el mar, la estremecedora narración del suicidio de la poetisa argentina Alfonsina Stormi, y asegura que el erotismo del anterior disco se mantiene, aunque de otra manera, en su nuevo disco: "El erotismo también es una consecuencia del viaje. La sexualidad encierra esa libertad de viajar. En lo formal, el piano une mi disco anterior y éste".

En la melancolía estriba parte del encanto de Ulisses. "Estoy viviendo una etapa de reflexión, y la reflexión no te lleva a la alegría. Ulisses no es un disco alegre, lo sé; pero es que mis discos siempre hablan de mí. No concibo cantar si no es primero para mí, y luego para los demás", señala.

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