Málaga premia a Gerardo Vera por su ecléctica carrera

"Mis proyectos de creación son cada vez más depurados y personales. Estoy en un momento de plenitud artística y humana". Radiante y feliz, Gerardo Vera recibió anoche el Premio Ricardo Franco en el Festival de Cine como reconocimiento a una de las trayectorias más poliédricas del mundo del arte que ha combinado cine, teatro y ópera. En la sección oficial, la comedia El calentito, de Chus Gutiérrez, provocó risas y nostalgias al evocar la movida madrileña en pleno golpe de Estado de 1981.

Gerardo Vera no para y ayer desveló que en septiembre abrirá la temporada del Teatro de la Za...

"Mis proyectos de creación son cada vez más depurados y personales. Estoy en un momento de plenitud artística y humana". Radiante y feliz, Gerardo Vera recibió anoche el Premio Ricardo Franco en el Festival de Cine como reconocimiento a una de las trayectorias más poliédricas del mundo del arte que ha combinado cine, teatro y ópera. En la sección oficial, la comedia El calentito, de Chus Gutiérrez, provocó risas y nostalgias al evocar la movida madrileña en pleno golpe de Estado de 1981.

Gerardo Vera no para y ayer desveló que en septiembre abrirá la temporada del Teatro de la Zarzuela con La voz humana, de Jean Cocteau. El espectáculo será doble y lo abrirá una primera parte teatral sobre la versión de Luis Antonio de Villena con Cecilia Roth de protagonista, y una segunda de ópera con la mezzosoprano Felicity Lott y música de Francis Poulenc.

El director del Centro Dramático Nacional recibió anoche el Premio Ricardo Franco y el reconocimiento de actores y directores en Málaga, donde dijo "sentirse muy querido, como en casa". Arropado por colegas como Maribel Verdú y Andrés Vicente Gómez, Vera se mostró agradecido y emocionado ante la "familia del cine, de la que me siento parte a pesar de ser un hombre de teatro, cine y ópera. Lo tengo que asumir, mal que me pese", se lamentó.

Vera siente que después de 30 años de carrera se acerca a la esencia de sus múltiples proyectos como escenógrafo, figurinista y realizador cinematográfico. "Cada vez son más sustantivos y menos adjetivos, y ahora, por ejemplo, busco para inspirarme una mirada contemporánea a través de la relectura de los clásicos", contó. En Málaga ha dirigido las galas de las últimas ediciones del festival y este año una exposición y el libro Reinventar la realidad resumen su amplia trayectoria de artista poliédrico.

A las películas a competición ayer se sumó El calentito, dirigida por Chus Gutiérrez y que cuenta con buen ritmo cómo una pija descubre por casualidad la movida madrileña, que la seduce a través de un grupo punki, las Siux. La gran noche de la banda coincide con el 23-F, a pesar de lo cual deciden actuar y la anárquica tribu termina paradójicamente festejando el discurso del Rey. Los Xoxonees, el antiguo grupo musical de la directora, Almodóvar y Alaska resumen el descaro de una época donde ingeniosas frases de politoxicómanos como "me he metido media farmacia y no se me nota" no desentonaban.

"Bailamos fatal, cantamos peor que mal", resume el descaro de la banda y es un pegajoso estribillo con posibilidades de asaltar las radios como nuevo single. La película, protagonizada por Verónica Sánchez, Macarena Gómez y Ruth Díaz, y producida por Tomás Cimadevilla, responsable de éxitos como Al otro lado de la cama, demuestra maneras para atraer al mismo tiempo a carrozas nostálgicos y nuevas generaciones con sed de canciones frescas.

En la calle, la mitomanía malagueña con las estrellas nacionales se desata durante el festival, pero con mesura. Ayer, muchos creyeron que los centenares de personas agolpadas a las puertas de un hotel clamaban por los rostros del celuloide. La pasión era en cambio más poderosa, y se trataba de Ronaldinho y el resto de sus compañeros, que ayer se enfrentaron al equipo de fútbol local.