Eduard Fernández ilumina la apertura del Festival de Málaga

'Hormigas en la boca' inaugura el certamen

Cine negro como aperitivo, pero nada indigesto. Hormigas en la boca, de Mariano Barroso, inauguró ayer la octava edición del Festival de Cine de Málaga con una película protagonizada por un antihéroe en La Habana de 1958 de Batista. Los actores sacan nota y renuevan el cine de género: Eduard Fernández es el soñador que escapa del franquismo para enfrentarse a Jorge Perugorría, un senador corrupto de la Cuba previa a la revolución y marido de Ariadna Gil, de nuevo mujer fatal.

"¿Adónde te lleva la integridad? Pues a recibir muchos palos", se preguntó y contestó a sí mismo Mariano ...

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Cine negro como aperitivo, pero nada indigesto. Hormigas en la boca, de Mariano Barroso, inauguró ayer la octava edición del Festival de Cine de Málaga con una película protagonizada por un antihéroe en La Habana de 1958 de Batista. Los actores sacan nota y renuevan el cine de género: Eduard Fernández es el soñador que escapa del franquismo para enfrentarse a Jorge Perugorría, un senador corrupto de la Cuba previa a la revolución y marido de Ariadna Gil, de nuevo mujer fatal.

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"¿Adónde te lleva la integridad? Pues a recibir muchos palos", se preguntó y contestó a sí mismo Mariano Barroso en la presentación de la película. Los personajes de este director suelen plantearse dilemas morales, y la integridad, ese concepto por el que tan a menudo todos pasamos de puntillas, siempre les preocupa, y mucho. En Hormigas en la boca, el héroe maltratado sentimental y físicamente es Eduard Fernández, que obcecado persigue el bien entre gánsteres y maleantes de la Cuba prerrevolucionaria de 1958.

Tan brillante como acostumbra, Fernández interpreta a Martín, que tras asaltar un banco y pasar 10 años en la cárcel va a buscar a Julia (Ariadna Gil), compañera ideológica que le traicionó y se fugó con el botín. Durante el filme, el actor da la sensación de ser una lagartija inquieta que se escurre y levanta después de un golpe tras otro. "Es un lujo al cuadrado", le definió Barroso.

Tras Los lobos de Washington, actor y director vuelven a ser cómplices en esta apuesta arriesgada, al tratarse de cine negro, y salen airosos. "Los actores me han salvado la vida en un rodaje accidentado y en permanente emergencia", comentaba Barroso, quien a la pareja protagonista ha sumado para redondear el reparto a Jorge Perugorría y José Luis Gómez, entre otros.

En La Habana convulsa anterior a la llegada de Castro al poder, a pesar del aparente esplendor de la ciudad, la violencia marca la agenda diaria y los caza-rrecompensas se disputan convertir en cadáver a cualquier presa suelta. Perugorría interpreta a un senador corrupto y sin miramientos que ordena eliminar a todo aquel que se salga del tiesto, es decir, que mantenga un mínimo de ética. "¿Sabes por qué los noruegos llegaron antes que los ingleses al Polo Sur? Porque se comieron los perros", contesta su personaje para demostrar que sólo el más duro sobrevive. Cuando Barroso le propuso interpretar a Fredy, un senador del régimen de Batista sin escrúpulos, el actor cubano se revolvió en la silla y aceptó, sin dejar de preocuparse por la compleja composición del personaje. "Fue como hacerse un cabronazo de repente", musitó.

La película, que ha contado con cuatro millones de presupuesto, es una adaptación libre de la novela de Miguel Barroso, hermano del director y actual Secretario de Estado de Comunicación, Amanecer con hormigas en la boca, un aviso para los que se convierten en fiambre en La Habana. "Uno quiere al final ser parte de la solución o del problema", resumió Barroso para hacer balance de esta historia de personajes buenos, malos y peores. Se presenta como "un clásico de cine negro" y en ella, además de los actores, destaca el trabajo del director de fotografía Javier Aguirresarobe para lograr que la luminosa ciudad caribeña también sea a ratos oscura.

A Barroso le sorprendió ayer un símil con la célebre El Padrino II de un espectador muy agradecido, y consiguió salir airoso del trance: "La comparación con Coppola la manejo en un altar de mi casa", dijo entre risas.

De izquierda a derecha, Jorge Perugorría, Eduard Fernández, Ariadna Gil y Mariano Barroso, ayer en Málaga.GARCÍA-SANTOS
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