Contemporánea
Trabajadora, tenaz, original y, sobre todo, poseedora de un talento musical y vocal fuera de lo común, esta maña de adopción y espíritu demostró a sala llena que éste es su año triunfal. La culpa la tiene el camino que escogió, justo al revés de lo que suele ser lo habitual: en lugar de empezar por el pop o el rock para acabar encontrando las propias raíces, Carmen se agarró a la jota y la convirtió en vehículo con el que navegar por los siete mares musicales e irse topando con sonidos arábigos, orientales, flamencos, porteños, andinos, sefardíes o caribeños. El final, de momento, de este apas...
Trabajadora, tenaz, original y, sobre todo, poseedora de un talento musical y vocal fuera de lo común, esta maña de adopción y espíritu demostró a sala llena que éste es su año triunfal. La culpa la tiene el camino que escogió, justo al revés de lo que suele ser lo habitual: en lugar de empezar por el pop o el rock para acabar encontrando las propias raíces, Carmen se agarró a la jota y la convirtió en vehículo con el que navegar por los siete mares musicales e irse topando con sonidos arábigos, orientales, flamencos, porteños, andinos, sefardíes o caribeños. El final, de momento, de este apasionante periplo es su arribada al jazz, el pop, el rock o, al menos, a la canción con vocación masiva y a un público cada vez más rendido a su simpatía y su innegable capacidad de comunicar.
Carmen París
Carmen París (voz, piano y percusión), Borja Barrueta (batería), Txarlie Solano (bajo), Iván Mella (teclados), David Angulo (coros, melódica y percusión), Kike Fuentes (guitarra) y Jorge Tejerina (percusión). Galileo. Madrid, 19 de abril.
En la presentación en directo de su último disco, el excelente Jotera lo serás tú, Carmen tejió un espectáculo tremendamente entretenido del que se puede sacar una conclusión fundamental: lo verdaderamente popular -la música de raíz- no tiene por qué sonar a arqueología. Carmen París hace que sea inequívocamente contemporáneo. Es aconsejable no perdérsela este verano, si toca cerca, para comprobar lo bien que sienta contemplar un espectáculo diferente.