Andreas Dresen: "Puede ser más excitante viajar a nuestra sala que a un lugar exótico"

El director, una de las figuras emergentes del cine alemán, es homenajeado por la Filmoteca

Andreas Dresen es uno de los directores de cine más considerados de su país, Alemania. Pese a su juventud -nació en 1963, en Gera, perteneciente entonces a Alemania del Este-, en su filmografía constan ya una treintena de títulos, entre ellos Halbe Treppe (En mitad de la escalera), que ganó en 2002 el Oso de Plata del Festival de Berlín. Este filme cierra mañana el ciclo -también lo abrió- que esta semana le ha dedicado la Filmoteca de Cataluña. Dresen defiende el cine europeo frente al de Hollywood con un original argumento: "A veces puede ser más excitante viajar a nuestra sala de est...

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Andreas Dresen es uno de los directores de cine más considerados de su país, Alemania. Pese a su juventud -nació en 1963, en Gera, perteneciente entonces a Alemania del Este-, en su filmografía constan ya una treintena de títulos, entre ellos Halbe Treppe (En mitad de la escalera), que ganó en 2002 el Oso de Plata del Festival de Berlín. Este filme cierra mañana el ciclo -también lo abrió- que esta semana le ha dedicado la Filmoteca de Cataluña. Dresen defiende el cine europeo frente al de Hollywood con un original argumento: "A veces puede ser más excitante viajar a nuestra sala de estar que a un lugar exótico".

El director, que el pasado miércoles habló de las tendencias actuales del cine alemán en el Goethe Institut de Barcelona -en uno de los actos de celebración del 50º aniversario de la entidad-, lamentó, momentos antes en conversación con EL PAÍS, que de su obra, sólo una película, Nachgestalten (Encuentros nocturnos), se haya estrenado comercialmente en España. La falta de circulación del cine europeo entre los distintos países es, a su juicio, un problema de difícil solución. "En un contexto en el que las televisiones no compran filmes difíciles, como los míos, los distribuidores se lo piensan mucho antes de apostar por ellos, porque únicamente les queda el negocio de las salas de cine, y no siempre", comenta.

Pese a todo, Dresen, cuyo cine, según admite, está en la línea de denuncia social del que realizan los directores británicos Ken Loach y Mike Leigh, se muestra optimista respecto al futuro del cine europeo. "Creo que tenemos una buena oportunidad. Nuestra ventaja frente a Hollywood es que podemos contar mejor las historias que suceden en la puerta de nuestras casas", apunta el director.

Dresen, que nació y se formó como cineasta -también es director de escena- en la ex Alemania del Este, asegura que sus orígenes han influido en la temática y en la estética de su filmografía. "Mi cine propone debatir sobre la realidad social y adopta una clara posición frente a ella". En su opinión, el cine alemán vive hoy una disyuntiva a la que no es ajena "la crisis" de una sociedad con cinco millones de parados. "Hay una parte del público que tiene necesidad de ver reflejada en la pantalla esta realidad tan dura y otra a la que sólo le interesan las comedias superficiales". "Opio para el pueblo", zanja.

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