Un concurso con fama de "justo"

La participación de 37 pianistas procedentes de 15 países tan dispares como Japón, Rusia o Brasil deja entrever la difusión y consolidación del Premio Jaén de Piano. Sin embargo, sus comienzos fueron difíciles. Fue en 1952 cuando el arquitecto jiennense Pablo Castillo García-Negrete fundó el Club Alpino, una sociedad deportivo-cultural que nació principalmente para patrocinar este concurso. Junto a García-Negrete se encontraba el pianista Joaquín Reyes Cabrera y ambos programaron, para ese mismo año, la primera edición del certamen, entonces con carácter nacional, y en la que se debería interp...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La participación de 37 pianistas procedentes de 15 países tan dispares como Japón, Rusia o Brasil deja entrever la difusión y consolidación del Premio Jaén de Piano. Sin embargo, sus comienzos fueron difíciles. Fue en 1952 cuando el arquitecto jiennense Pablo Castillo García-Negrete fundó el Club Alpino, una sociedad deportivo-cultural que nació principalmente para patrocinar este concurso. Junto a García-Negrete se encontraba el pianista Joaquín Reyes Cabrera y ambos programaron, para ese mismo año, la primera edición del certamen, entonces con carácter nacional, y en la que se debería interpretar Campanella, de Liszt.

Sin embargo, problemas logísticos obligaron a posponer el primer concurso, que se daría a conocer como Premio Club Alpino durante 1953 y 1954. A partir de este último año, García-Negrete se afanó por buscar patrocinadores más sólidos como el Instituto de Estudios Giennenses, organismo dependiente de la Diputación Provincial, que, desde entonces, asumió su organización. El primer Premio Jaén de Piano, como comenzaría a denominarse, recayó en 1956 en Jacinto Matute Navarro, que obtuvo 5.000 pesetas (30 euros). Posteriormente, la dotación económica fue en aumento hasta los 20.000 euros que ayer recibió el primer clasificado.

Guillermo González, presidente de honor del jurado desde 1989 y gran amigo de García-Negrete desde su participación como concursante en 1968, repasó la historia del concurso y lo destacó por su fama de "justo". "Es cierto que el certamen ha ido evolucionando y ganando en premios, número de participantes y países representados. Sin embargo, el Premio Jaén de Piano es conocido por su fama de honrado, que era la principal obsesión de Pablo Castillo García-Negrete", resaltó González. "Y como este concurso no tiene dueño, nosotros seguimos las directrices de su fundador", concluyó el presidente del jurado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En