Necrológica:

Georgeanna Jones, pionera de la fecundación 'in vitro'

La doctora Georgeanna Jones, que, junto con su esposo, Howard Jones, constituyó el equipo que creó el primer programa de fecundación in vitro de Estados Unidos y consiguió el primer bebé probeta del país, falleció el sábado en un hospital de Norfolk, Virginia. Tenía 92 años y residía en Portsmouth, Virginia. La causa del fallecimiento fue paro cardiaco.

Georgeanna Jones, uno de los primeros endocrinólogos reproductivos estadounidenses, dirigió discretamente su departamento durante cuatro décadas en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, donde daba clase y dirigí...

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La doctora Georgeanna Jones, que, junto con su esposo, Howard Jones, constituyó el equipo que creó el primer programa de fecundación in vitro de Estados Unidos y consiguió el primer bebé probeta del país, falleció el sábado en un hospital de Norfolk, Virginia. Tenía 92 años y residía en Portsmouth, Virginia. La causa del fallecimiento fue paro cardiaco.

Georgeanna Jones, uno de los primeros endocrinólogos reproductivos estadounidenses, dirigió discretamente su departamento durante cuatro décadas en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, donde daba clase y dirigía la investigación. Sin pretenderlo, fue objeto de la atención nacional cuando, junto con su esposo, Howard Jones, se trasladó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia Oriental en 1978 y se decidió a abrir una clínica que permitiría la concepción fuera del cuerpo materno.

El primer bebé por fecundación in vitro había nacido ese mismo año 1978, en Inglaterra, pero aún no se había conseguido en Estados Unidos. Después de tres años y una feroz oposición de quienes planteaban dudas éticas y morales, Jones y su esposo anunciaron el nacimiento de Elizabeth J. Carr el 28 de diciembre de 1981. Un poco baja de peso, con kilo y medio, Elizabeth fue el primer bebé probeta estadounidense.

Desde entonces, más de 114.000 niños han nacido mediante fecundación in vitro en Estados Unidos; de ellos, unos 3.000 en la clínica de Norfolk ahora denominada Instituto Jones de Medicina Reproductiva. "Inmediatamente después de haberlo conseguido, todos los médicos interesados por el tema se dirigieron a Norfolk", comenta Sherry Sontag, autora de un libro a punto de publicarse, Once in a million: A history of I.V.F. and the quest to make one tiny baby. "Formaron a muchos de los principales expertos actuales, y aquellos a los que ellos no formaron, aprendieron de sus alumnos".

En general se considera que Jones inspiró a generaciones de mujeres en medicina. Daba clases, escribió unos 350 artículos científicos y colaboró estrechamente con muchos de los pacientes de su clínica. Un Alzheimer de avance lento la limitó en la década de los noventa, pero mantuvo un despacho en el instituto y nunca perdió contacto con la primera generación de niños cuya vida comenzó en su laboratorio.

"Siempre he dicho en broma que eran como mi segundo juego de abuelos", comenta Elizabeth Carr, que ahora tiene 23 años y vive en St. Petersburg, Florida, trabajando de reportera digital para el Instituto Poynter. "Me llamaban todas las navidades y por mi cumpleaños. Durante un tiempo, todos los niños nacidos por fecundación in vitro en la clínica se reunían allí el día de la madre. Todos nos sentimos como hermanos". Carr lleva un colgante de plata, grabado con sus iniciales y el número uno, que le regalaron los Jones.

Nacida en Baltimore el 6 de julio de 1912, Georgeanna Seegar se licenció en el Goucher College y estudió Medicina en la Johns Hopkins. En 1939, mientras trabajaba en la Johns Hopkins, Jones ayudó a crear y dirigió el primer Departamento de Medicina Reproductiva del país. Varias décadas después, descubrió un trastorno, denominado defecto de la fase lútea, que provoca una producción insuficiente de progesterona y a veces da lugar a abortos.

En 1978, la doctora y su esposo dejaron la Johns Hopkins para trasladarse a la Facultad de Medicina de Virginia Oriental poco después de que en Inglaterra se anunciara el nacimiento del primer bebé por fecundación in vitro. No habían pensado en abrir una clínica hasta que, al enterarse del nacimiento, una antigua paciente de Georgeanna les envió una donación de 5.000 dólares y los animó a hacer lo mismo. Ellos aceptaron, pero estuvieron a punto de echarse atrás cuando sus adversarios cuestionaron si el procedimiento conduciría a la selección y destrucción de embriones.

"Sólo seguimos adelante porque el consejo de asesores de la Facultad de Medicina nos respaldaba y nos animó a seguir adelante", comentaba Howard Jones. Al año de nacer Elizabeth Carr, los Jones habían ayudado a nacer a otros 10 bebés probeta. "A pesar de la controversia", comenta Sontag, "Georgeanna nunca perdió de vista el hecho de que la parte más importante de la fecundación in vitro era traer niños al mundo".

Georgeanna Jones, con su marido, Howard, en 1998.ASSOCIATED PRESS

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