ESTRENO | 'Eleni'

Theo Angelopoulos considera que la historia se repite como una pesadilla

El director griego estrena hoy 'Eleni', que ya fue presentada en el Festival de Valladolid

Hoy se estrena en España Eleni, la última película del director griego Theo Angelopoulos, cuyo primer pase en nuestro país tuvo lugar durante la última Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), adonde acudió para promocionar el filme a finales de octubre pasado. La peripecia personal de Angelopoulos (Atenas, 1935) está estrechamente ligada a la historia de Grecia, donde sufrió las consecuencias del golpe de Estado de los coroneles en 1967. En esa época, el cineasta, recién licenciado en Literatura por la universidad parisiense de La Sorbona, regresó a su tierra natal para in...

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Hoy se estrena en España Eleni, la última película del director griego Theo Angelopoulos, cuyo primer pase en nuestro país tuvo lugar durante la última Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), adonde acudió para promocionar el filme a finales de octubre pasado. La peripecia personal de Angelopoulos (Atenas, 1935) está estrechamente ligada a la historia de Grecia, donde sufrió las consecuencias del golpe de Estado de los coroneles en 1967. En esa época, el cineasta, recién licenciado en Literatura por la universidad parisiense de La Sorbona, regresó a su tierra natal para iniciar su primer trabajo como crítico en el diario Allagi, cuya publicación fue suspendida por la dictadura. Tres años después comenzaba su andadura como director de cine con Reconstrucción, aunque comenzó a ser reconocido internacionalmente a partir de la trilogía compuesta por Días del 36, El viaje de los comediantes y Los cazadores. [Ayer, Angelopoulos fue sustituido por el Gobierno griego por Pantélis Voulgaris como presidente del festival de Salónica, informa France Presse].

"El paisaje, como el clima, es algo interior. El gris no tiene por qué ser melancólico"
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Horas antes de que el director griego llegara a Valladolid para promocionar Eleni, se hizo público su deseo de no presentar la película a concurso, a pesar de que el festival había anunciado que sí lo haría. Angelopoulos basó su decisión de retirarse de la competición de la Seminci por no considerar "imprescindible participar en todos los concursos", al tiempo que señalaba que para él se habían acabado las competiciones "porque ya no me vale la pena concursar".

Entre el estreno de Eleni y La eternidad y un día, su anterior película, han transcurrido seis años, tiempo que el director no considera excesivo porque su última obra forma parte de una trilogía, lo que obligó a escribir "un guión muy largo" y a disponer de un "presupuesto muy alto, al menos para mí, que pretendo conservar mi libertad". Además de estas premisas, Angelopoulos reconoció haberse encontrado con otros problemas a la hora del rodaje, empezando por la localización de exteriores en lugares tan alejados como Uzbekistán, Siberia, Austria, Nueva York o Italia. Otra razón de peso para emplear tanto tiempo en la filmación fue un virus que dejó al realizador "paralizado durante meses y literalmente fuera de combate". Pero, además, el rodaje obligó a construir un pueblo entero que debía inundarse por efecto de las lluvias, cosa que no sucedió el primer año, por lo que se hizo necesario esperar varios meses más.

En Eleni, tal y como sucede en otras películas suyas, sorprende la escasez de planos donde brille el sol, a pesar de que el rodaje y la historia transcurren casi enteramente en un país mediterráneo. Angelopoulos justifica su gusto por las brumas porque "el paisaje, como el clima, es algo interior, de tal manera que el gris no tiene por qué ser melancólico ni el rojo alegre". Para el realizador, lo importante es disponer de "una amplia paleta de colores" que puedan ser utilizados sin considerar el valor de cada uno de ellos.

La turbulenta historia de Europa en general y de Grecia en particular tiene un peso importante en la obra del director, que cree "saludable" hacer películas históricas "para no olvidar", porque "la historia nunca es pasado; siempre es presente". Para ilustrarlo, recuerda que él tenía un año en la dictadura griega de 1936, cinco cuando las tropas alemanas entraron en su país, nueve cuando empezó la primera guerra civil y 12 al estallar la segunda. Estos datos le bastan para afirmar que "la historia es cíclica, se repite constantemente, de tal manera que a principios del siglo XX se decía que la destrucción provocada hasta entonces por las guerras serviría para que a finales del mismo ya no hubiera otras". Con una mirada más triste de lo habitual, Angelopoulos recuerda que "las guerras son siempre las mismas, como los muertos, porque la historia se repite como una pesadilla". Con todo, el director dice no sentirse pesimista, "porque lo que intento es ser lúcido, ver claro", y repite una frase de La muerte de un apicultor, uno de sus libros de cabecera: "No nos rendimos; continuamos".

Theo Angelopoulos.CARLES RIBAS
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