Análisis:AGENDA GLOBAL | ECONOMÍA

La libertad de la zorra en el gallinero

¿SE IMAGINAN A RUMSFELD presidiendo Amnistía Internacional? ¿Y a José María Cuevas como secretario general de CC OO? ¿O a Aznar al frente de la Internacional Socialista? Un nivel análogo de estupefacción es el que se siente si finalmente Paul Wolfowitz es investido, a partir del próximo 1 de junio, presidente del Banco Mundial (BM). Cuando el pasado miércoles el presidente Bush le propuso para dirigir la organización internacional destinada a promover el desarrollo económico, por ser "un hombre compasivo y decente", se cumplió el peor de los pronósticos que habían circulado.

Número dos ...

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¿SE IMAGINAN A RUMSFELD presidiendo Amnistía Internacional? ¿Y a José María Cuevas como secretario general de CC OO? ¿O a Aznar al frente de la Internacional Socialista? Un nivel análogo de estupefacción es el que se siente si finalmente Paul Wolfowitz es investido, a partir del próximo 1 de junio, presidente del Banco Mundial (BM). Cuando el pasado miércoles el presidente Bush le propuso para dirigir la organización internacional destinada a promover el desarrollo económico, por ser "un hombre compasivo y decente", se cumplió el peor de los pronósticos que habían circulado.

Número dos del Pentágono, matemático y doctor en ciencias políticas, antiguo embajador de Estados Unidos en Indonesia, se desconoce cualquier tipo de aproximación de Wolfowitz al mundo de la economía. El líder ideológico de los neocons, enemigos confesos de los organismos multilaterales por contribuir a difundir el poder de EE UU, piensa que "no es digna de confianza una política que dedica el mismo esfuerzo a promover la democracia en todos los lugares... Aparte de la cuestión del nivel de importancia de un país para los intereses estadounidenses, no podemos olvidar... que determinados países pueden estar mejor abonados socioeconómicamente que otros para que germine en ellos la semilla democrática" (del libro Peligros presentes, de Kagan y Kristol, en el que Wolfowitz escribe un capítulo titulado 'Estadismo en el nuevo siglo').

El análisis de la presencia de Paul Wolfowitz en el Banco Mundial y de John Bolton como embajador de EE UU en la ONU debe hacerse de modo conjunto. Los 'neocons' saltan a la arena internacional

El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz reflexionaba en estas mismas páginas sobre el método para elegir presidente del BM, en el que no participa más que el presidente de EE UU sin preguntar siquiera a su Congreso. Es un método doblemente ademocrático, decía Stiglitz, porque no intervienen los países que forman el BM y porque el presidente de EE UU no tiene que consultar a nadie. Ha propuesto a Wolfowitz unos días después de que nombrase embajador de su país en la ONU a otro neocons unilateralista como John Bolton. El análisis de ambas presencias ha de elaborarse de modo conjunto.

Miembro del Proyecto para un Nuevo Siglo Norteamericano (PNAC) y del American Enterprise Institute, dos de los think tanks más vinculados a los neocons, la prensa le ha denominado "el velociraptor" (por su carácter depredador) y "loco de extrema derecha". Muy vinculado a la derecha israelí, hizo unas declaraciones a Vanity Fair que dieron la vuelta al mundo; en ellas decía que el pretexto de las armas de destrución masiva era "una verdad burocrática" destinada a buscar el consentimiento de quienes nunca habrían aceptado asumir las causas reales de la guerra, que describió en otra entrevista: "Irak nada en petróleo".

Estudiante de la Universidad de Chicago, Wolfowitz se reconoce discípulo de algunos filósofos conservadores como Leo Strauss, Albert Wohltetter y Allan Bloom. Crítico de Bush, padre, por haber detenido el avance de las tropas hacia Bagdag en 1991, en el artículo citado hace una descripción cristalina de lo que entiende por liderazgo en este principio de siglo: "Demostrar que tus amigos serán protegidos y atendidos, que tus enemigos serán castigados y que aquellos que rechazaron apoyarte se arrepentirán de no haberlo hecho". ¿Será ésta la política selectiva que aplicará a partir de ahora en el BM?

Preguntaba Stiglitz cómo tomarse en serio los consejos de que se establezcan reformas democráticas cuando las instituciones multilaterales que los dan no suscriben los mismos principios de apertura, transparencia y participación que propugnan. ¿Llegará el pacto de caballeros implícito que existe para que un europeo presida el FMI y un norteamericano el BM hasta el extremo de que nadie ejerza el derecho de veto sobre Wolfowitz? Pregunta retórica a la luz de lo que opina Rodrigo Rato: "Si es confirmado traerá al BM un impresionante activo al tener mucha experiencia en la gestión de asuntos internacionales, particularmente en Asia y Oriente Próximo. Espero con interés trabajar con él".

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