OPINIÓN DEL LECTOR

A propósito de la OBC

A raíz de las notas aparecidas en la prensa sobre la situación de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), me permito escribir esta carta "no anónima", y lo hago como ex músico de la orquesta y también como abonado de los conciertos de la misma.

En primer lugar, mi más sincera felicitación a los músicos y compañeros de la orquesta de toda la vida por su dedicación y entrega al trabajo que están realizando.

Creo que el verdadero responsable de la actual situación y el malestar que se está viviendo en el seno de la formación es Joan Oller, el director gene...

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A raíz de las notas aparecidas en la prensa sobre la situación de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), me permito escribir esta carta "no anónima", y lo hago como ex músico de la orquesta y también como abonado de los conciertos de la misma.

En primer lugar, mi más sincera felicitación a los músicos y compañeros de la orquesta de toda la vida por su dedicación y entrega al trabajo que están realizando.

Creo que el verdadero responsable de la actual situación y el malestar que se está viviendo en el seno de la formación es Joan Oller, el director general de la OBC y del Auditori de Barcelona. Es a él a quien hay que atribuir todo el problema ya que fue quien propuso en 2002 a Ernest Martínez Izquierdo como director titular de la orquesta. Todos conocían el currículo de este director de quien no se podía esperar unos resultados realmente satisfactorios. Tras la etapa Lawrence Foster, la OBC y el público se merecían un director de semejante nivel, si no mejor.

Sobre la programación más "innovadora" que se atribuye como mérito a Martínez Izquierdo, sólo basta ver la respuesta del público. Negativa cuando los programas han incluido una obra contemporánea. El reconocimiento que se ha hecho desde el consorcio de la orquesta del trabajo realizado por el director no es el verdadero motivo del aumento de público en los conciertos. Sí lo ha sido, en cambio, la campaña de promoción que se ha hecho, promoción, por otra parte, muy bien hecha.

Por todo lo expuesto, creo que la renovación del contrato a Martínez Izquierdo no es la más adecuada para la trayectoria de la OBC. Necesita realmente un cambio de director, y que este aglutine, además de un alto nivel musical, una gran dosis de personalidad humana. Y ya sería hora de que los músicos de la OBC tuvieran voz y voto en la elección del director titular.

Si Martínez Izquierdo continúa al frente de la orquesta y se halla con que los músicos están en contra es porque no conoce su valía, ni confía en sus posibilidades profesionales futuras.

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