TRAGEDIA EN LA SIERRA NORTE DE MADRID

Cinco guardias civiles mueren arrollados por un camión en un control antiterrorista en Madrid

Otro agente, clínicamente muerto, en el accidente provocado al quedarse dormido el conductor

La tragedia se cebó ayer con la Guardia Civil. Cinco agentes de distintos puestos de la sierra norte de la Comunidad de Madrid perdieron la vida de madrugada después de que el conductor de un camión articulado arrollara cuatro vehículos todoterreno que estaban aparcados en el arcén para realizar un control de carreteras antiterrorista. Otro guardia civil se encontraba anoche clínicamente muerto en el hospital La Paz de la capital. El camionero reconoció a los agentes que le detuvieron que se había dormido al volante y que no vio las luces azules de los patrulleros.

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La tragedia se cebó ayer con la Guardia Civil. Cinco agentes de distintos puestos de la sierra norte de la Comunidad de Madrid perdieron la vida de madrugada después de que el conductor de un camión articulado arrollara cuatro vehículos todoterreno que estaban aparcados en el arcén para realizar un control de carreteras antiterrorista. Otro guardia civil se encontraba anoche clínicamente muerto en el hospital La Paz de la capital. El camionero reconoció a los agentes que le detuvieron que se había dormido al volante y que no vio las luces azules de los patrulleros.

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Los hechos ocurrieron a las 3.08 de ayer en los carriles de entrada de la autovía de Burgos (A-1), a la altura del kilómetro 73,400, dentro del término municipal de Buitrago de Lozoya. Once agentes habían colocado sobre las 2.30 un control antiterrorista formado por seis vehículos oficiales de la Guardia Civil, de modo que los tres carriles (uno de ellos destinado a vehículos lentos) quedaban reducido a uno. El control había durado media hora, por lo que alrededor de las tres de la madrugada comenzaron a quitar la señalización, según el delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez.

En ese momento pasó un BMW a gran velocidad que resultó sospechoso a los agentes destinados en Lozoyuela, por lo que salieron detrás de él un sargento montado en un todoterreno y los dos agentes de Tráfico que se encargaban al principio de que los vehículos redujeran su velocidad.

En el lugar del accidente quedaron aparcados cuatro todoterreno de la Guardia Civil en el arcén. Tenían encendidas las luces azules y los indicadores de dirección amarillos. Los ocho agentes que se quedaron comenzaron a recoger la señalización que se había utilizado para el control. De repente, irrumpió en la calzada un tráiler azul marca Daf, con matrícula 6079 BNR, procedente de Bilbao y con destino a Toledo, que llevaba tubos de acero. El conductor, Toader Iuian, un inmigrante rumano de 33 años en situación regular, se había dormido, según explicó a los agentes que le detuvieron. El tacógrafo (disco que registra la velocidad y si se cumplen los periodos obligatorios de descanso) no presentaba anomalías, según fuentes del instituto armado.

Algunos de los guardias estaban ya dentro de los coches patrulla mientras otros recogían las señales. Las estaban amontonando en el arcén para introducirlas de una sola vez en los vehículos e interrumpir así lo menos posible el tráfico. Además, las bajas temperaturas, 8º bajo cero en ese momento, invitaban a permanecer el mínimo tiempo posible a la intemperie.

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El camión siguió una trayectoria extraña, ya que en lugar de seguir recto y salirse por la mediana, giró ligeramente hacia el lugar donde estaban los guardias civiles y los todoterreno. Se trata de una ligera pendiente con un curva muy suave hacia la derecha. En ese momento, la calzada estaba seca y la visibilidad era perfecta. Según otro camionero, los lanzadestellos azules y los indicadores amarillos se veían de lejos. El conductor no hizo intención ni de frenar.

El tráiler, que no iba a gran velocidad, arrolló los cuatro todoterreno y mató en el acto a cinco guardias civiles, con edades entre los 24 y los 55 años. La fuerza del impacto hizo que sus cuerpos salieran despedidos varios metros del lugar del choque. Otros dos resultaron heridos muy graves. El que estaba anoche clínicamente muerto era el alférez y responsable del control, José Luis Periáñez Gómez, de 45 años. Sufría un fuerte traumatismo craneoencefálico, por lo que fue intubado y trasladado en una UVI móvil al hospital de La Paz.

El segundo herido era el guardia Luis Ramos González, de 23 años, que presentaba un traumatismo abdominal con posible fractura de pelvis, según informó un portavoz de Emergencias 112. Fue trasladado al hospital Ramón y Cajal, en Madrid. Otro agente resultó ileso. Fue el que avisó a sus superiores de lo ocurrido.

La Guardia Civil detuvo en el acto al conductor, vecino de Torrejón de Ardoz, que dio negativo en la prueba de alcoholemia. Según fuentes del instituto armado, conducía con un carné rumano. El tráfico de entrada a Madrid tuvo que ser desviado por la antigua carretera de Burgos durante cinco horas.

De izquierda a derecha, el presidente Zapatero, el ministro del Interior, José Antonio Alonso; el delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez; el director de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche; el secretario de Seguridad, Antonio Camacho, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, en el funeral.GORKA LEJARCEGI

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