La aerodinámica lo frena todo
Cuando los responsables del mismo equipo reconocen errores y se preparan para sufrir es que algo anda muy mal. Eso es exactamente lo que está ocurriendo en la escudería Williams, donde Frank, el patrón, y Patrick Head, el máximo responsable técnico, lamentan la situación en que llegan al primer gran premio de la temporada. "No tengo respuestas cuando Webber me pregunta si el coche estará a punto para Melbourne", confiesa Head. "No puedo decirle 'no sufras, todo funcionará en su momento', porque no soy así y creo que tardaremos seis o siete carreras en estar a la altura de McLaren o de Renault"...
Cuando los responsables del mismo equipo reconocen errores y se preparan para sufrir es que algo anda muy mal. Eso es exactamente lo que está ocurriendo en la escudería Williams, donde Frank, el patrón, y Patrick Head, el máximo responsable técnico, lamentan la situación en que llegan al primer gran premio de la temporada. "No tengo respuestas cuando Webber me pregunta si el coche estará a punto para Melbourne", confiesa Head. "No puedo decirle 'no sufras, todo funcionará en su momento', porque no soy así y creo que tardaremos seis o siete carreras en estar a la altura de McLaren o de Renault".
El problema es la aerodinámica, que lo frena todo. El motor funciona, pero la mala distribución de los vientos y sus reflujos les sitúan a un par de segundos por vuelta de las escuderías punteras. Y eso causa desespero en Nick Heifeld, pero muy especialmente en Mark Webber, que debutará con Williams en Australia, su país, y ve que casi no tendrá ninguna opción de ganar. El equipo ha reducido el presupuesto para los pilotos y ha comprado un nuevo túnel de viento del que espera mucho.