Tribuna:AUTOMOVILISMO | Melbourne abre el Mundial de F-1

Unos cambios que elevan el valor del piloto

La temporada de la F-1 comienza con muchos cambios reglamentarios, pero sólo uno es realmente trascendente: el que obligará a los pilotos a correr las dos cronometradas de clasificación y la carrera con los mismos neumáticos. Esta modificación elevará el valor del piloto porque le obligará a conducir pensando en preservar los neumáticos y a utilizar todas sus dotes cuando lleguen las 15 últimas vueltas y el desgaste de las gomas sea ya inevitable.

- Unos neumáticos. La norma dice que cada bólido podrá disponer de tres juegos de neumáticos para cada gran premio: uno para los entrenamien...

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La temporada de la F-1 comienza con muchos cambios reglamentarios, pero sólo uno es realmente trascendente: el que obligará a los pilotos a correr las dos cronometradas de clasificación y la carrera con los mismos neumáticos. Esta modificación elevará el valor del piloto porque le obligará a conducir pensando en preservar los neumáticos y a utilizar todas sus dotes cuando lleguen las 15 últimas vueltas y el desgaste de las gomas sea ya inevitable.

- Unos neumáticos. La norma dice que cada bólido podrá disponer de tres juegos de neumáticos para cada gran premio: uno para los entrenamientos libres, otro para la clasificación y la carrera, y el tercero por si se produce un pinchazo y hay que cambiar una rueda -no todo el juego-. Esta norma puede convertir el campeonato en emocionante... si hay igualdad entre Bridgestone y Michelin, los dos proveedores. Los fabricantes han buscado el equilibrio entre la adherencia y la dureza. Pero por bien que hayan trabajado, los coches llegarán al final de las carreras prácticamente a pelo, y entonces los pilotos deberán conducir con mucha finura, sin brusquedades, frenando dulcemente para proteger el coche y las gomas. Schumacher, Fisichella y Villeneuve pueden hacerlo. Alonso también, aunque tiene un pilotaje más agresivo. Allí se verá también el trabajo de las escuderías en el diferencial y en la tracción. El único problema que plantea la norma es que va a perderse espectacularidad en los boxes. Las paradas serán más aburridas porque sólo serán para repostar, y estoy convencido de que los coches pararán al menos dos veces, porque la carga total del depósito -entre 100 y 120 kilos- supondría una penalización excesiva en tiempos y en desgaste de neumáticos.

- Un motor para dos GP. Parece una medida muy revolucionaria, pero cuando el año pasado se implantó la norma de un motor por gran premio, ya todas las escuderías se plantearon motores para dos grandes premios, para asegurar la fiabilidad. Ahora seguro que podrían soportar tres carreras. Pero tecnológicamente el cambio era ya asumible. Y la prueba es que todos los motores vuelven a estar en los 950 caballos que tenían el año pasado, a pesar de que son más duros. Renault incluso se ha superado. La norma agrega que si se cambia un motor, el piloto perderá 10 posiciones en la parrilla de salida o saldrá el último si el cambio se produce en las pruebas de clasificación. Económicamente es una reducción importante.

- Aerodinámica. El alerón delantero estará 5 cm más alto y el trasero 15 cm más cerca del piloto. Además, debe reducirse el ángulo del difusor. Todos estos cambios debían suponer una pérdida del 25% o el 30% de downforce (adherencia), con lo que los coches debían correr medio segundo menos por vuelta. Pero el trabajo en los túneles de viento ha sido tan intenso que los tiempos apenas han cambiado.

- Clasificación en sábado y domingo. Las dos cronometradas de clasificación se disputarán el sábado y el domingo. La media de los dos tiempos decidirá la parrilla de salida. Con esta medida se pretende dar dos oportunidades a los pilotos, porque las condiciones meteorológicas pueden ser muy distintas de un día a otro. Dará más interés a la jornada del domingo.

Joan Villadelprat fue director de Benetton y Prost y jefe de mecánicos de Ferrari.

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