Collserola se enfrenta al desafío de ser parque natural con 40 rutas

El consorcio trata de que las actividades de ocio no degraden el entorno

Collserola será declarado parque natural en el plazo de seis meses, con lo que se asegura la protección necesaria para frenar la especulación urbanística. Pero esta buena noticia también significa un desafío para el consorcio que la gestiona. Su preocupación se centra ahora en que sus cerca de 40 rutas, por las que anualmente circulan miles de personas, degraden el entorno natural lo menos posible.

"La suerte que tenemos los ciudadanos de Barcelona es que, además de mar, tenemos Collserola". Es la opinión de Víctor Cortadellas, un estudiante de 22 años que se suele desplazar hasta esta ...

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Collserola será declarado parque natural en el plazo de seis meses, con lo que se asegura la protección necesaria para frenar la especulación urbanística. Pero esta buena noticia también significa un desafío para el consorcio que la gestiona. Su preocupación se centra ahora en que sus cerca de 40 rutas, por las que anualmente circulan miles de personas, degraden el entorno natural lo menos posible.

La dirección se reúne con asociaciones para definir los usos del parque
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"La suerte que tenemos los ciudadanos de Barcelona es que, además de mar, tenemos Collserola". Es la opinión de Víctor Cortadellas, un estudiante de 22 años que se suele desplazar hasta esta sierra "en busca de aventura". Durante sus excursiones, a pie o en bicicleta, disfruta de los pocos momentos de su vida cotidiana en los que escapa "de la polución habitual para entrar en contacto con la naturaleza". Se siente "privilegiado" de poder disfrutar "de un entorno selvático a tan sólo media hora de casa". Y no es el único. Cada fin de semana, cientos de residentes del área metropolitana de Barcelona se pierden en las profundidades de este bosque de más de 8.000 hectáreas, en el que, entre otras actividades, se practican el senderismo, la bicicleta de montaña y la hípica.

En la guía oficial de Collserola se recomiendan cinco rutas, por ejemplo la que empieza en el Baix Llobregat y termina en el Vallès, y la que va de Sant Just Desvern a Molins de Rei. Otros itinerarios que también cuentan con señalización propia son los más de 30 paseos localizados en las inmediaciones de las 10 áreas de ocio del parque. Pero todos ellos han sido pensados para hacerlos a pie. "La verdad es que no queremos fomentar el uso de la bici y del caballo", reconoce Cecilia Cardús, coordinadora del centro de información del consorcio del parque, que cada año recibe la visita de unas 50.000 personas.

Los objetivos del consorcio "son conservar el medio ambiente y proporcionar ocio a los ciudadanos", explica. Pero como "estas dos actividades son a veces contradictorias", añade, "lo que intentamos es buscar el punto intermedio". Y para encontrar este equilibrio, el consorcio, que está compuesto por los nueve municipios que forman parte de la sierra, se reúne eventualmente con representantes de asociaciones ecologistas, senderistas, ciclistas e hípicas.

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Uno de ellos, Manel Herrando, de la tienda de bicicletas Probike, asegura que "estas asambleas son como una relación de pareja", ya que a pesar de haber "un constante tira y afloja", en lo importante se ponen de acuerdo. "Como buenos amantes de la naturaleza, somos muy conscientes de que el bien de Collserola está por encima de los intereses individuales de cada uno", sentencia.

Los intereses de Herrando se centran en "disfrutar de la bicicleta de montaña". Para ello, sabe que "la responsabilidad medioambiental" es el camino para conseguirlo. En este sentido, dos de las cuestiones principales que se tratan en las reuniones son la definición de las rutas y los usos que cada colectivo puede darles. En caso de llegar a un acuerdo, se modifica la ordenanza correspondiente del texto articulado por el consorcio en 2000, que es "el punto de referencia para saber cuál debe ser la conducta de los visitantes dentro de Collserola", explica Cardús.

Quim Arús, encargado de la hípica Severino, una de las ocho que hay en el parque, lleva "60 años montando a caballo por Collserola" y asegura que no necesita "permiso del consorcio, sólo utilizar el sentido común".

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