Pobreza cero
Somos una ciudadana y un ciudadano que creen firmemente que acabar con la pobreza es una cuestión de voluntad política. El 16 de febrero, Ignacio Sotelo mencionaba con acierto, al final de su artículo Reflexión sobre el maremoto, que la pobreza es evitable. Pero uno de sus argumentos nos dejó un sabor agridulce, sobre todo cuando apuntaba que no es mala cosa que a razones humanitarias se unan políticas y comerciales, ya que potencian su eficacia.
Precisamente, si algo hemos aprendido a lo largo de medio siglo de cooperación para el desarrollo es que uno de los retos pendientes pa...
Somos una ciudadana y un ciudadano que creen firmemente que acabar con la pobreza es una cuestión de voluntad política. El 16 de febrero, Ignacio Sotelo mencionaba con acierto, al final de su artículo Reflexión sobre el maremoto, que la pobreza es evitable. Pero uno de sus argumentos nos dejó un sabor agridulce, sobre todo cuando apuntaba que no es mala cosa que a razones humanitarias se unan políticas y comerciales, ya que potencian su eficacia.
Precisamente, si algo hemos aprendido a lo largo de medio siglo de cooperación para el desarrollo es que uno de los retos pendientes para hacerla más eficaz es su desvinculación de intereses geoestratégicos y económicos. En resumidas cuentas, si el objetivo es avanzar en las políticas pactadas de desarrollo internacional, se necesita reorientar la ayuda a la lucha contra la pobreza.
Hoy, día 23 de febrero, se presenta en Madrid la Campaña Pobreza Cero, en la que participan las ONGD federadas en la Coordinadora de ONGD y las coordinadoras autonómicas, así como otros actores representativos de la sociedad civil española, en estrecha coordinación con las organizaciones y movimientos sociales de más de cien países que están insertadas en la "llamada global para actuar contra la pobreza".
Precisamente, una de las demandas de la sociedad civil es desligar la ayuda de intereses comerciales, que se oriente a los países más pobres y que tenga coherencia con los objetivos del milenio. Se pide, en definitiva, el cumplimiento de los acuerdos firmados.
Es hora de empezar a cumplir la palabra dada.