Llamazares afirma que todo el rechazo es "de izquierdas"

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quiso impedir desde el primer minuto que se achacara al PP una parte de los 2,4 millones de votos negativos: "nosotros somos los responsables de la gestión del no, que en España es todo progresista, de izquierdas y europeísta crítico. Nadie puede reclamar el no más allá de quienes lo hemos propuesto", aseguró tras conocer los resultados, que en su opinión "ponen en cuestión la legitimidad" del sí.

Llamazares no logró ni siquiera que sus dirigentes se creyeran esa idea del no 100% de izquierdas, sob...

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quiso impedir desde el primer minuto que se achacara al PP una parte de los 2,4 millones de votos negativos: "nosotros somos los responsables de la gestión del no, que en España es todo progresista, de izquierdas y europeísta crítico. Nadie puede reclamar el no más allá de quienes lo hemos propuesto", aseguró tras conocer los resultados, que en su opinión "ponen en cuestión la legitimidad" del sí.

Llamazares no logró ni siquiera que sus dirigentes se creyeran esa idea del no 100% de izquierdas, sobre todo después de conocer los datos de algunos barrios conservadores madrileños. Los datos de rechazo en la capital triplicaban lo obtenido por la federación en las elecciones europeas del pasado junio, y sólo tenían una explicación: votantes del PP que, pese a las consignas de su partido, optaron por votar en contra. Pero esto sólo se reconocía, con mucha ironía, en los pasillos de la sede federal de IU. "Si éramos los únicos que pedíamos el no en Madrid, quiere decir que tenemos casi el 20%", ironizaban dos dirigentes.

Oficialmente, esos votantes del PP críticos con la Constitución no existían. "Esto les dejará claro que no se puede hacer así una construcción europea. Mañana, en Bruselas, me voy a reír", señalaba el eurodiputado Willy Meyer. La alegría era tal, que cuando el ministro del Interior, José Antonio Alonso, señaló que los votos negativos eran "únicamente" dos millones y medio, los dirigentes de IU soltaron una carcajada.

Para evitar el análisis de la coincidencia en el voto con el sector más a la derecha del PP, que podría recordar a la denostada época de la pinza, los dirigentes de IU se afanaban en destacar otra posibilidad: el impacto del voto crítico de la izquierda a Zapatero y a su modo "precipitado" de plantear este referéndum.