El Levante se olvida del gol

El Levante no marca ni por ésas. Ya puede Schuster cambiar sus delanteros; repescar al olvidado Sergio García, arrinconado durante varias jornadas; sentar en el banquillo al colombiano Congo, la última esperanza azulgrana; marginar al búlgaro Manchev, que ha agotado sus oportunidades; sacar al campo a Reggi, el cabeceador argentino... Un desastre. Y eso que la grada del Ciutat de València se frotaba las manos hace unos meses observando el número de delanteros que completaban la nómina azulgrana en el regreso del Levante a la máxima categoría 40 años después: los antes citados más Cuéllar.
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El Levante no marca ni por ésas. Ya puede Schuster cambiar sus delanteros; repescar al olvidado Sergio García, arrinconado durante varias jornadas; sentar en el banquillo al colombiano Congo, la última esperanza azulgrana; marginar al búlgaro Manchev, que ha agotado sus oportunidades; sacar al campo a Reggi, el cabeceador argentino... Un desastre. Y eso que la grada del Ciutat de València se frotaba las manos hace unos meses observando el número de delanteros que completaban la nómina azulgrana en el regreso del Levante a la máxima categoría 40 años después: los antes citados más Cuéllar.

El Levante sumó ante el Zaragoza el tercer partido consecutivo sin marcar. Sergio García mandó la pelota al larguero en el segundo tiempo. Fue lo único que hizo este chico al que le sobra clase pero le falta todo lo demás: presencia en el juego, energía, chispa... Su vuelta al grupo titular ni mucho menos supuso el reactivo que el Levante necesitaba ante un Zaragoza que, haciendo lo justito, defendiéndose con orden y asomando los colmillos muy de vez en cuando, pudo llevarse todo el botín. Si no lo hizo fue porque Mora estuvo espléndido: le ganó en el tercer minuto, tras un clamoroso error de Alexis en el despeje, un mano a mano a Villa, quien volvería a intentarlo, sin éxito, minutos después. También Galletti. En vano. La tarde era de Mora.