Un 'botellón' corta el tráfico en un campus universitario de Sevilla

5.000 personas acudieron a la fiesta, que no estaba autorizada

Alrededor de 5.000 jóvenes participaron ayer en un botellón en el campus universitario de Reina Mercedes para celebrara el fin de los exámenes. La Universidad de Sevilla, que no había autorizado la fiesta, restringió el acceso a sus edificios y controló la entrada de los alumnos a través de sus servicios de seguridad. La policía Local cortó el tráfico en la calle más concurrida, aunque la fiesta transcurrió sin incidentes.

Los botellones multitudinarios son frecuentes en la Universidad de Sevilla cuando llega el buen tiempo. Las que más jóvenes atraen son las fiestas de la...

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Alrededor de 5.000 jóvenes participaron ayer en un botellón en el campus universitario de Reina Mercedes para celebrara el fin de los exámenes. La Universidad de Sevilla, que no había autorizado la fiesta, restringió el acceso a sus edificios y controló la entrada de los alumnos a través de sus servicios de seguridad. La policía Local cortó el tráfico en la calle más concurrida, aunque la fiesta transcurrió sin incidentes.

Los botellones multitudinarios son frecuentes en la Universidad de Sevilla cuando llega el buen tiempo. Las que más jóvenes atraen son las fiestas de la primavera, aunque la celebrada ayer, a un mes de que acabe el invierno y en un día soleado pero frío, se celebró con la excusa del fin de los exámenes. Como viene siendo habitual en las últimas ocasiones, la convocatoria se extendió a través de correos electrónicos y mensajes a teléfonos móviles.

Según explicó a Europa Press el vicerrector de Estudiantes de la Hispalense, Pedro Núñez, por internet ha circulado en las últimas semanas un mensaje, "que cointiene hasta faltas de ortografía", en el que "una tortuga de tres cabezas invita a llevar tinto y cerveza". Y eso es lo que hicieron la mayoría de los jóvenes que se concentraron en las inmediaciones de la Facultad de Farmacia, entre las calles Profesor García González y Sor Gregoria de Santa Teresa.

"Hemos venido al salir de clase y hasta que el cuerpo aguante", dice Álvaro Martín, estudiante de segundo de Periodismo que ha acudido a la cita con una veintena de compañeros. Cada uno puso cinco euros y compraron hielo, vasos, tinto, refresco y cervezas.

La Policía Local, que vigiló la zona desde media mañana, cortó el tráfico en las calles más concurridas, mientras que los servicios de seguridad de la Universidad controlaron los accesos para evitar que el botellón afectara a las clases. Según Núñez, las actividades académicas se desarrollaron con normalidad.

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