OPINIÓN DEL LECTOR

Velada

El sábado por la noche, al llegar a casa después de disfrutar de una bonita velada en casa de mi hermano, algo me empujó a encender el televisor en vez de irme directamente a la cama. Mi corazón se sobrecogió al identificar al instante el edificio que estaba ardiendo en mi ciudad. Además he de añadir que la zona en concreto es una de las más arraigadas en mi corazón por las múltiples ocasiones que la he visitado e incluso por ese año de trabajo en los sótanos de Nuevos Ministerios en la zona de facturación aérea.

Por todo eso, no pude dormirme y estuve viendo la imagen fija que ofrecía ...

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El sábado por la noche, al llegar a casa después de disfrutar de una bonita velada en casa de mi hermano, algo me empujó a encender el televisor en vez de irme directamente a la cama. Mi corazón se sobrecogió al identificar al instante el edificio que estaba ardiendo en mi ciudad. Además he de añadir que la zona en concreto es una de las más arraigadas en mi corazón por las múltiples ocasiones que la he visitado e incluso por ese año de trabajo en los sótanos de Nuevos Ministerios en la zona de facturación aérea.

Por todo eso, no pude dormirme y estuve viendo la imagen fija que ofrecía Telemadrid. Algo me hacía presagiar que ese edificio se desmoronaría inevitablemente. Quizás ese fallido presentimiento se debiera a tener aún muy presente cómo aquellos dos edificios neoyorquinos caían inexorablemente arrastrando todo lo que a su alrededor tenían.

Pero afortunadamente me equivoqué. Y esto solamente se debe a los dos arquitectos que diseñaron esta anacrónica edificación. Ellos han demostrado que haciendo las cosas bien no deben existir nunca problemas. Uno de ellos, el otro ya falleció hace unos años, de lo que se lamentaba era del fallo de los sistemas de seguridad contra incendios que se tenían que haber activado después de haberse producido el primer conato. No se lo explicaba el hombre, pensando en que su obra no perduraría para el fin de los tiempos.

Y es que hay que añadir que se estaban realizando unas reformas o se estaba rehabilitando el edificio... Y aunque no se sabe a ciencia cierta qué ha producido el incendio, mi pregunta es tan sencilla como evidente: ¿existía un plan de seguridad de obra? Y si existía, ¿se estaba aplicando adecuadamente? En mi opinión, esto es lo que deberían investigar además los que lleven a cabo las pesquisas para aclarar todo este asunto.

Pero a pesar de estas deficiencias debo felicitar a los cuerpos de seguridad, cuerpo de bomberos, Samur, Selur y demás servicios al ciudadano, por su inconmensurable actuación y sobre todo su profesionalidad, a pesar de sus problemas laborales, que son muchos, y quizá tengan razón en muchas de sus reivindicaciones. Sólo ellos han demostrado efectivamente que Madrid está preparada para solventar cualquier emergencia y el mundo entero lo ha podido comprobar... Ahí sigue el edificio en pie.

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