Análisis:

Cambio de tercio

Los mercados de valores han llegado a un nivel de precios en el que se pierde con facilidad lo que antes se ganó manejando expectativas y con muchos esfuerzos. Por interesante que sea la situación interna de muchas sociedades españolas, que lo es, el mercado no ha podido sustraerse en esta sesión a la tendencia dominante en el conjunto de las bolsas y las pérdidas han sido una consecuencia lógica.

El Ibex 35 cedió el 0,61%, para cerrar en 9.575,60, en medio de la desbandada de los inversores particulares y de un buen número de operaciones corporativas que ponen fin a un capítulo intersa...

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Los mercados de valores han llegado a un nivel de precios en el que se pierde con facilidad lo que antes se ganó manejando expectativas y con muchos esfuerzos. Por interesante que sea la situación interna de muchas sociedades españolas, que lo es, el mercado no ha podido sustraerse en esta sesión a la tendencia dominante en el conjunto de las bolsas y las pérdidas han sido una consecuencia lógica.

El Ibex 35 cedió el 0,61%, para cerrar en 9.575,60, en medio de la desbandada de los inversores particulares y de un buen número de operaciones corporativas que ponen fin a un capítulo intersante del mercado de valores español. El índice general de la Bolsa de Madrid bajó el 0,49% y se situaba en 1.020,74 al cierre.

Esta sesión ha marcado un punto y aparte para unas cuantas operaciones corporativas que prometían beneficios colaterales para el mercado, aunque algunos habituales matizaban que en algunos casos hay que hablar de punto y seguido para referirse al discurrir de los acontecimientos.

Entre unas cosas y otras, a los inversores se les pasó el día en un constante ir y venir que tuvo como consecuencia más inmediata el incremento en el volumen negociado en el mercado continuo hasta 4.812,43 millones de euros, con cerca de 1.900 millones en operaciones institucionales. BBVA y Jazztel centraban la atención de unos inversores que por algunos días han conseguido olvidarse del precio del petróleo y de los indicadores económicos ajenos, pero, una vez ajustadas las posiciones, volvieron a centrarse en el discurso de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, en la debilidad del crecimiento en Japón y en el significado de ambas cuestiones para sus intereses más inmediatos.

Alan Greenspan se mostró satisfecho con el ritmo "razonablemente bueno" de la economía estadounidense, lo que justifica que los tipos de interés sigan subiendo de forma moderada al remitir la subida de la inflación. Para los inversores, una economía que crece a trompicones no se merece más presión monetaria, por lo que Wall Street cerró la sesión con una caída del 0,02%.

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