Crítica:HABITACIONES

Camper en el Raval

Bajo el lema "calzado cómodo, comida sana y casa simple", la empresa mallorquina Camper acaba de dar la última semana de enero su primer paso en la industria turística. Se llama Casa Camper y es un hotel de diseño simpático, resultado de la rehabilitación de un inmueble del siglo XIX en el barrio barcelonés del Raval, cerca del Museo de Arte Contemporáneo (Macba). En el proyecto han intervenido Jordi Tió y Fernando Amat, ideólogo de las tiendas Camper y Vinçon, que ha trasladado a sus habitaciones muchos de los conceptos exhibidos en sus escaparates. Por ejemplo, las 10 bicicletas que cuelgan ...

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Bajo el lema "calzado cómodo, comida sana y casa simple", la empresa mallorquina Camper acaba de dar la última semana de enero su primer paso en la industria turística. Se llama Casa Camper y es un hotel de diseño simpático, resultado de la rehabilitación de un inmueble del siglo XIX en el barrio barcelonés del Raval, cerca del Museo de Arte Contemporáneo (Macba). En el proyecto han intervenido Jordi Tió y Fernando Amat, ideólogo de las tiendas Camper y Vinçon, que ha trasladado a sus habitaciones muchos de los conceptos exhibidos en sus escaparates. Por ejemplo, las 10 bicicletas que cuelgan del vestíbulo, los elementos op-art que decoran la recepción o la fotografía mural de Hannah Collins, sin olvidar los mensajes de América Sánchez y Albert Planas caligrafiados en las paredes. Desde la calle, el hotel parece una verdadera tienda de moda.

Casa Camper

Elisabets, 11. Barcelona. Teléfono 933 42 62 80. Fax 933 42 75 63. Internet: www.camper.com. Habitación doble: entre 125 y 190 euros, desayuno y tentempiés incluidos.

Op-art también en los dormitorios, divididos en dos zonas independientes. En blanco, la salita de estar, con el televisor, un balcón hacia la calle y una hamaca brasileña para tumbarse a la bartola. Señalada en rojo, la alcoba, con un cabezal lavable que sustituye a las típicas colchas y un innovador sistema que permite el abastecimiento de agua caliente mediante energía solar y su reutilización para las descargas del WC. Los baños se asoman a un patio interior transformado en un jardín vertical de 18 metros de altura con 117 macetas de aspidistras. Ambos espacios, con el pasillo por medio.

La atención al paladar se resuelve en la sala multiusos del sótano, dispuesta para un tentempié a cualquier hora y sin cargo, o en el Camper Food Ball, a escasos metros del hotel, una boutique de comida rápida pero saludable, en funcionamiento desde junio de 2004 con gran éxito de público.

Camper prevé abrir en los próximos años otros cinco hoteles similares en Madrid, París y otras capitales europeas. Todos como éste, exclusivos para no fumadores.

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