Cartas al director

Persecución

Soy ex fumador desde hace seis años de forma voluntaria por tener que ponerme un marcapasos, pero no por enfermedad producida por el tabaco, sino por arritmias.

Mi pareja fuma en casa y no tengo ninguna pega en entrar en lugares con humo, bares, discotecas..., e incluso trabajo en la calle aspirando el humo de coches, medios de transporte público, calefacciones y de los polígonos industriales cuando el viento sopla en dirección hacia el centro de Madrid, sin olvidar los humos en forma de flato de mis amigos, los humanos. Por ello, me parece una persecución injustificada a los fumadores ...

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Soy ex fumador desde hace seis años de forma voluntaria por tener que ponerme un marcapasos, pero no por enfermedad producida por el tabaco, sino por arritmias.

Mi pareja fuma en casa y no tengo ninguna pega en entrar en lugares con humo, bares, discotecas..., e incluso trabajo en la calle aspirando el humo de coches, medios de transporte público, calefacciones y de los polígonos industriales cuando el viento sopla en dirección hacia el centro de Madrid, sin olvidar los humos en forma de flato de mis amigos, los humanos. Por ello, me parece una persecución injustificada a los fumadores el llegar a considerarlos como apestados.

Toda esta prohibición por parte de las distintas administraciones no concuerda con la realidad, pues dentro de los centros oficiales hay estancos. Uno de ellos depende del Ministerio de Sanidad, situado en la calle de Alcalá, 56, donde se encuentran la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria. El otro es la expendeduría número 192, en la calle de Juan de Mena, junto al Cuartel General de la Armada. Está en el interior del edificio de la Bolsa. Ante estas incongruencias, el Gobierno debería actuar acorde con lo que propone con tanta insistencia.

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