Telemadrid

Mucha es la oposición ciudadana al proyecto de reforma y ampliación de la M-30 que Ruiz-Gallardón se sacó de la chistera en la campaña electoral de las últimas elecciones municipales de mayo de 2003. Y, sin embargo, muy poco de esa oposición se refleja en los medios de comunicación. De hecho, es un tema que no existe para el medio que debería estar más especializado en información municipal y autonómica: Telemadrid.

Cada semana vemos cómo en esa cadena pública, que pagamos entre todos, se desperdician oportunidades para plantear este tipo de debates. Entre el plan Ibarretxe, la o...

Mucha es la oposición ciudadana al proyecto de reforma y ampliación de la M-30 que Ruiz-Gallardón se sacó de la chistera en la campaña electoral de las últimas elecciones municipales de mayo de 2003. Y, sin embargo, muy poco de esa oposición se refleja en los medios de comunicación. De hecho, es un tema que no existe para el medio que debería estar más especializado en información municipal y autonómica: Telemadrid.

Cada semana vemos cómo en esa cadena pública, que pagamos entre todos, se desperdician oportunidades para plantear este tipo de debates. Entre el plan Ibarretxe, la ocupación de Irak, las elecciones estadounidenses, el terrorismo, los sucesos y toda clase de información nacional e internacional se cubren todos los espacios de la programación y se evita así hablar sobre asuntos candentes de la actualidad madrileña.

Ni la ampliación de la M-30, ni la aprobada reforma del eje Recoletos-Prado (con la prevista tala de todos sus árboles), ni tan siquiera la candidatura olímpica merecen un debate con partidarios y detractores en cada tema, ni una entrevista en Diario de la noche.

No, la actualidad de Madrid no se cubre por si molesta a Ruiz-Gallardón o a Esperanza Aguirre, y así Telemadrid arrastra el dudoso mérito de ser la cadena autonómica que más información internacional ofrece y la menos independiente de todas las cadenas públicas. ¿Hasta cuándo?.