Rock en español con Sargento García, Juanes y Josele Santiago
Las entradas para el concierto del colombiano Juanes están agotadas hace días. El Sargento García también va a llenar el suyo. Josele Santiago y Nacho Campillo andan en ello. Todo esto habla de una mejoría en el estado de salud del pop y el rock cantado en castellano. Además, estos días muestran sus armas, entre otros, La Ley de Murfi, Merche Corisco o La Naranja China. Arranca el ciclo Cantando a la luz de la luna con el ampurdanés Lluís Llach y se mantiene el eclecticismo con el jazz de vanguardia de Atomic o el ciclo de Arte Sónico en La Casa Encendida.
- Latinos. El éxito de...
Las entradas para el concierto del colombiano Juanes están agotadas hace días. El Sargento García también va a llenar el suyo. Josele Santiago y Nacho Campillo andan en ello. Todo esto habla de una mejoría en el estado de salud del pop y el rock cantado en castellano. Además, estos días muestran sus armas, entre otros, La Ley de Murfi, Merche Corisco o La Naranja China. Arranca el ciclo Cantando a la luz de la luna con el ampurdanés Lluís Llach y se mantiene el eclecticismo con el jazz de vanguardia de Atomic o el ciclo de Arte Sónico en La Casa Encendida.
- Latinos. El éxito del disco Mi sangre, tercero de su carrera en solitario, ha consagrado al colombiano Juanes, que ya venía avisando con sus dos anteriores trabajos. La fortuna de sus estribillos y los asuntos que trata le han servido para recibir numerosos premios, vender más de 400.000 discos en España y agotar, desde hace días, las entradas para el concierto de Madrid.
En ese indefinido movimiento, más que género, del rock latino en el que Juanes reina, se mueve también el francés, de origen español y argelino, Sargento García. Es la suya una propuesta más comprometida y heroica, por mostrarse más audaz a la hora de mezclar los ritmos de su inquietante y viajera biografía.
Presenta ahora La semilla escondida, un disco con altas dosis de raggamuffin, son cari-beño, hip-hop, salsa y rock, que se aúnan para transmitir festivos mensajes de reivindicación social, y en el que colabora Asian Dub Fundation y Ojos de Brujo.
- De aquí. Tras dejar definitivamente Tam Tam Go!, Nacho Campillo se ha vuelto a atrever en solitario y acaba de publicar Cómo pica el sol, un disco exquisito donde incluye una luminosa versión de Guárdame, la preciosa canción del genial Javier Ruibal.
Josele Santiago, por su parte, dejó Los Enemigos y se mostró valiente con Las golondrinas etcétera, el disco sobre el que versará el concierto que hace ahora en compañía del eximio Pablo Novoa. Tan arriesgados como uno y otros resulta La Naranja China, el grupo que lidera Álex Olmedo y que trae un pop verdaderamente distinto y original, muy alejado de las previsibles y simplonas propuestas de La Ley de Murfi. El rockabilly español se mantiene vivo gracias a los valientes Lobos Negros.
La canción de autor cuenta con la veteranía de Joaquín Lera o Lluís Llach, con el que se abre el ciclo Cantando a la luz de la luna, que organiza el Ateneo Cultural 1º de Mayo, adscrito al sindicato Comisiones Obreras, y con la sensibilidad de Merche Corisco, con nuevas canciones en su repertorio.
- Vanguardias. Por fin llegan a España los noruegos Atomic, que traen un jazz extraño e inclasificable, pero lleno de misterios. Calle 54 les recibe durante dos días, y por ahí también pasará Son de la Frontera, el grupo formado por Raúl Rodríguez, el hijo de la gran Martirio, para juntar flamenco con el son cubano.
Con el visionario Lloren Barber como comisario, se celebra en La Casa Encendida el ciclo Arte sónico, con propuestas sugerentes de músicas extrañas, como extraña es la forma que esta semana puede celebrase el día de San Valentín: la vanguardia electrónica y el baile es el centro de la fiesta que el viernes en La Riviera va a adelantar el día de los enamorados.