La voz Sontag
Ya en los años sesenta, Susan Sontag dejó clara la ruta de su pensamiento y de sus acciones. Intelectual, combativa y crítica, especialmente con Occidente, la autora neoyorquina se expresó a través de la narrativa y del ensayo. Lo hizo con libros en los que aplaudía la libertad, pedía la tolerancia y admiraba la creación y el arte, pero reflexionando sobre sus ventajas y advirtiendo de los caminos equivocados a los que éstos podrían conducir. Textos bien recibidos como El benefactor, su irrupción narrativa en 1963, donde lleva al lector a los mismos bordes del abismo hasta donde pueden...
Ya en los años sesenta, Susan Sontag dejó clara la ruta de su pensamiento y de sus acciones. Intelectual, combativa y crítica, especialmente con Occidente, la autora neoyorquina se expresó a través de la narrativa y del ensayo. Lo hizo con libros en los que aplaudía la libertad, pedía la tolerancia y admiraba la creación y el arte, pero reflexionando sobre sus ventajas y advirtiendo de los caminos equivocados a los que éstos podrían conducir. Textos bien recibidos como El benefactor, su irrupción narrativa en 1963, donde lleva al lector a los mismos bordes del abismo hasta donde pueden conducir los sueños, los impulsos y la liberación; y anticipatorios como Estilos radicales (artículos sobre estética, pornografía, cine, Estados Unidos o Vietnam) que cobran vigencia entre otras cosas por el tratamiento que dan cada vez más los medios de comunicación a conflictos o desastres naturales. Planteamientos cuyo círculo filosófico, sociológico y estético se cierra con uno de sus últimos títulos: Ante el dolor de los demás (donde reflexiona sobre las imágenes fotográficas o televisivas que muestran la tragedia del ser humano y sus consecuencias en el espectador y cuáles son sus límites y preguntas sobre lo que llamamos compasión, piedad o tolerancia).
Pero la conexión entre sí de todos esos libros no es sólo la actitud crítica, lúcida, irónica, sensible, rebelde o guerrera de Susan Sontag. Hay algo detrás que los conecta a ellos, y a éstos con ella y a ella con el mundo: dialogar, pensar; ése es el motivo, la petición, que parece residir en cada una de sus ideas y párrafos. Una actitud que la llevó a que se alzara no sólo como una de las intelectuales de referencia de su país sino de Occidente; y quizá por eso en Sontag encaja la oración con la que abrió su primera novela, El benefactor: "¡Si tan sólo pudiera explicarte cuánto he cambiado desde aquellos días! Cambiado y, sin embargo, todavía el mismo".
Susan Sontag. Ante el dolor de los demás. Estilos radicales. En América. El benefactor. Punto de Lectura. Madrid, 2004. 147, 423, 509 y 367 páginas. 6,25, 7,50, 8,25 y 7,50 euros, respectivamente.