Necrológica:

Ricard Viladesau, 'Príncipe de la Tenora'

El príncipe de la tenora ha muerto. Ricard Viladesau Caner falleció anteayer en Barcelona a los 87 años a causa de una deficiencia cardiaca. Nacido en Calonge (Girona) en 1918, Viladesau era uno de los últimos grandes maestros de la sardana. Autor de unas 200 sardanas, su virtuosismo como intérprete de la tenora, instrumento emblemático de la cobla, llegaba hasta el punto que una de sus composiciones, Sa Roncadora, tenía tal grado de dificultad que ningún otro músico se atrevía a interpretarla.

Viladesau fue un músico completo, abierto a un sinfín de influencias y estilos, capaz ...

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El príncipe de la tenora ha muerto. Ricard Viladesau Caner falleció anteayer en Barcelona a los 87 años a causa de una deficiencia cardiaca. Nacido en Calonge (Girona) en 1918, Viladesau era uno de los últimos grandes maestros de la sardana. Autor de unas 200 sardanas, su virtuosismo como intérprete de la tenora, instrumento emblemático de la cobla, llegaba hasta el punto que una de sus composiciones, Sa Roncadora, tenía tal grado de dificultad que ningún otro músico se atrevía a interpretarla.

Viladesau fue un músico completo, abierto a un sinfín de influencias y estilos, capaz de transitar por la música clásica, el jazz, la habanera o el bolero. En algunas de sus composiciones exploró hasta las últimas consecuencias los límites y posibilidades de la cobla. La sardana Girona 1808, una de sus preferidas, tenía como motivos principales los acordes de Els Segadors y La Marsellesa.

Ricard Viladesau se inició en el mundo de la música a los ocho años y empezó a tocar el violín a los 10. Fue el célebre violonchelista Pau Casals quien le bautizó con el apodo de Príncipe de la Tenora, con el que era conocido popularmente. Hay también quien llegó a afirmar que la tenora parecía haber sido creada sólo para él. Entre sus sardanas más populares se encuentra Girona m'enamora. Uno de sus admiradores fue el famoso clarinetista estadounidense Artie Shaw, quien durante su estancia de seis meses en Begur (Girona) entabló con él una estrecha amistad y se convirtió en un gran admirador de la sardana.

El músico, que fue galardonado con la Creu de Sant Jordi, que concede la Generalitat de Cataluña a las más destacadas personalidades, fundó la cobla Caravana, aunque la formación en la que pudo expresar todo su talento fue la prestigiosa cobla-orquestra La Principal de La Bisbal, en la que permaneció 20 años. A principios de la década de los setenta ingresó como violinista en la Orquesta Ciudad de Barcelona, actual Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya. A pesar de la enfermedad coronaria que le aquejaba y que el pasado miércoles le llevó a la muerte, no dejó de componer hasta el último momento. En los últimos meses dejó prácticamente conclusas dos nuevas sardanas: La iaia de Llafranc y La sardana del rector. Esta última está dedicada al rector de Palafrugell, que oficiará una misa en su memoria el 5 de febrero al mediodía.-

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