La situación hidrológica, al límite

"Enero verano, ni paja ni grano". Refranes como éste describen perfectamente lo que está ocurriendo ahora con el tiempo en España. Hay otro que dice que alguien espera una cosa vehementemente "como agua de mayo" y que se tiene que leer también ahora al pie de la letra.

No llueve. Ni tampoco llovió el pasado otoño. Y como no llueva en primavera más de lo normal, la situación para los meses siguientes -finales de verano y otoño- puede ser catastrófica para el campo y el abastecimiento urbano. Las autoridades no quieren hablar aún de sequía, pero lo cierto es que hay que hacer un esfuerzo ...

"Enero verano, ni paja ni grano". Refranes como éste describen perfectamente lo que está ocurriendo ahora con el tiempo en España. Hay otro que dice que alguien espera una cosa vehementemente "como agua de mayo" y que se tiene que leer también ahora al pie de la letra.

No llueve. Ni tampoco llovió el pasado otoño. Y como no llueva en primavera más de lo normal, la situación para los meses siguientes -finales de verano y otoño- puede ser catastrófica para el campo y el abastecimiento urbano. Las autoridades no quieren hablar aún de sequía, pero lo cierto es que hay que hacer un esfuerzo para recordar la presencia de charcos y paraguas en España, sobre todo en la mitad sur de la Península. Ya hay antecedentes: las sequías sufridas entre 1981 y 1984 y entre 1992 a 1996.

A pesar de la alarma, en Medio Ambiente transmiten un mensaje de tranquilidad

La reserva hídrica está al 56,5% de su capacidad, un 16,7% menos que en 2004

A pesar de la alarma que se ha desatado en los últimos días, el director general de Aguas, Jaume Palop, quiso transmitir esta semana un mensaje de tranquilidad: "La situación no es de alarma, tenemos que estar tranquilos. Está lloviendo poco, las lluvias son menos de las esperadas... ". Insistió en que aún no se puede hablar de sequía. Y que se espera que las lluvias primaverales alivien la situación. "Estamos todavía en enero, hay que esperar a los meses de primavera", explicó. "El suministro de agua está garantizado para al menos un año si es que no llueve en ese periodo", agregó Palop. Menos en la cuenca del Segura. Palop definió la situación hídrica en esta zona como de "preocupante". La reserva de agua embalsada en esa cuenca es del 15% y su situación podría complicarse a corto plazo si no llueve en el próximo mes y medio.

La reserva hídrica general está al 56,5% de su capacidad total. El pasado 18 de enero, había 30.520 hectómetros cúbicos en los embalses, lo que supone una disminución de cuatro hectómetros cúbicos respecto a los niveles de la semana anterior, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente. Además de la cuenca del Segura, las más afectadas por la falta de lluvias son las cuencas internas de Cataluña, la del Júcar, la del Sur y la del Ebro. Todas tienen reservas inferiores a la del pasado año y a la media de los últimos cinco y diez años.

El pasado año hidrológico (del 1 de octubre de 2003 al 30 de septiembre de 2004, coincidiendo con el ciclo agrícola) se cerró con una media de un 55% de la capacidad embalsada. La precipitación media en la Península fue de 637 litros por metro cúbico. La reserva total embalsada al término del ciclo era de 29.849 hectómetros cúbicos. La máxima reserva total se registró el 31 de mayo, con 40.973 hectómetros cúbicos. Pero eso se debió a que la primavera pasada fue muy lluviosa y alejó de un plumazo el fantasma de la sequía. Algo que se espera que vuelva a ocurrir este año.

¿Y si no llueve? De acuerdo con la Ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN), para el próximo mes de marzo está previsto el establecimiento de una red de indicadores que permiten observar con exactitud el fenómeno de la sequía. Además, las Confederaciones Hidrográficas elaborarán planes de gestión de la sequía y los remitirán al Ministerio de Medio Ambiente. "Estos planes estarán basados en las experiencias de las etapas de sequía de los años ochenta y noventa. Se revisará lo que se hizo mal y se potenciará lo que se hizo bien", afirmó Palop. Las poblaciones de más de 20.000 habitantes tendrán también planes de emergencia ante la falta de lluvias.

El director de Aguas no quiso hablar aún de restricciones al consumo y afirmó que es prematuro adelantar los mecanismos de actuación en caso de que no llueva. "En la única cuenca donde si no llueve se haría un llamamiento a la precaución y al consumo moderado es la del Segura", insistió Palop. Calificó de "delicada" la situación de los Canales del Taibilla (Murcia). "Hago un llamamiento a las autoridades regionales murcianas para que faciliten la ampliación de la desalinizadora de Alicante y aceleren la puesta en marcha de la de San Pedro del Pinatar", pidió Palop. Añadió que la cantidad de agua embalsada en los pantanos de Entrepeñas y Buendía (en la cabecera del Tajo, de los que se abastece el agua trasvasada al Segura) es, de momento, "suficiente". "Si no lloviese y bajase el flujo que entra en estos embalses el trasvase ya no se haría en condiciones óptimas", advirtió.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, fue más allá. Responsabilizó al PP de no haber impulsado muchas de las actuaciones previstas en el PHN y de que España no esté en mejores condiciones para afrontar una posible situación de sequía. La ministra respondía así a los presidentes de Murcia y de Valencia, Ramón Luis Valcárcel y Francisco Camps, ambos del PP, quienes han reclamado soluciones ante la sequía que padece la cuenca del Segura. Pero Narbona también quiso frenar la alarma y espera, como todos, a que el resto del invierno y la primavera que viene el cielo descargue agua que disipe la inquietud.

Las consejerías de los Gobiernos regionales mantienen el mismo tono prudente del Ministerio de Medio Ambiente a la hora de hablar de la falta de lluvias y su consecuencia en la agricultura. "No podemos hablar de sequía. De momento, la situación está controlada en los cultivos. Otra cosa es si no llueve en el próximo mes...", señalaron fuentes de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura.

Habrá que esperar. Las predicciones meteorológicas no permiten hacer augurios a largo plazo. El jefe del Área de Predicción del Instituto Nacional de Meteorología, Ángel Rivera, recuerda que enero y febrero no suelen ser meses lluviosos y añade que en las previsiones de los próximas dos semanas no se contemplan grandes borrascas. Rivera sí pronostica un fuerte descenso de temperaturas a partir de hoy, domingo.