FÚTBOL | 18ª jornada de Liga

"Yo he hecho bien la parte que me corresponde"

La ciencia tiene límites y el Madrid parece moverse en el otro lado del muro. La magia de Casillas para interceptar proyectiles y el extraño poder de Ronaldo cada vez que pisa el área contraria sostienen a un equipo al que ahora intentan calzarle un andamiaje táctico. La llegada de Vanderlei Luxemburgo a Chamartín, hace apenas diez días, amenaza con la inauguración de una era de reflexión, racionalismo deportivo y disciplina.

A esto le llaman ciencia. Pero el fútbol es paradójico: en el primer partido completo con Luxemburgo al frente, el Madrid se impuso porque exhibió lo de siempre: g...

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La ciencia tiene límites y el Madrid parece moverse en el otro lado del muro. La magia de Casillas para interceptar proyectiles y el extraño poder de Ronaldo cada vez que pisa el área contraria sostienen a un equipo al que ahora intentan calzarle un andamiaje táctico. La llegada de Vanderlei Luxemburgo a Chamartín, hace apenas diez días, amenaza con la inauguración de una era de reflexión, racionalismo deportivo y disciplina.

A esto le llaman ciencia. Pero el fútbol es paradójico: en el primer partido completo con Luxemburgo al frente, el Madrid se impuso porque exhibió lo de siempre: genio. Ronaldo en un área y Casillas en la otra. Y en el medio, la fe. Esa fe sin ideas que caracteriza al Madrid de la última época.

"¿Qué sería de la realidad sin el sueño?", se preguntaba el brasileño Tostao, pensando en la defensa y el ataque, la creatividad y el reglamento. La respuesta está en esa aparición de Ronaldo en el segundo palo, y la forma en que acomodó el interior de la bota y puso la pelota lejos de Leo Franco. Fue el gol que abrió el marcador para el Madrid y la acción, precisamente, no tuvo nada que ver con las cosas que entrenó Vanderlei Luxemburgo durante la semana. El hombre, que en unos días casi se ha ganado fama de taumaturgo, es valioso, pero no tanto. La soberanía del entrenador más científico, más táctico y más psicológico que ha pasado por Chamartín en el último lustro termina donde empieza el misterio del juego. En esa zona inaprensible se mueve Ronaldo. Al terminar el partido dijo: "En absoluto he marcado la diferencia. Yo simplemente he hecho bien la parte que me corresponde".

La parte que corresponde a Ronaldo -según su convicción- son los goles y en sus palabras quedaba claro el mensaje. Luxemburgo no debería contar con él para enredos tácticos.

Ronaldo le tiene una especial manía al Atlético, al que, sólo en Liga, le ha marcado ocho goles en cinco partidos, siete de ellos en el Calderón. Y eso sin contar los partidos de Copa, en los que el brasileño aún ha tenido tiempo de añadir cinco más. Total: 13 goles en siete partidos.

"Ya quisiera yo marcar dos goles con dos disparos en todos los partidos", concluyó Ronaldo.

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