El hospital de Alcalá usa una zona sólo para rodar películas, según el PSOE

Los socialistas acusan a Sanidad de "esconder" las listas de espera cerradas

El diputado socialista Eduardo Sánchez Gatell aseguró ayer en el pleno de la Asamblea que miembros del comité de empresa del hospital de Alcalá de Henares afirman que "la zona A de la cuarta planta" de este centro hospitalario "está cerrada y se alquila o cede para rodar películas". Gatell realizó estas declaraciones tras asegurar que "en este centro no se da cita a nadie con más de seis meses", es decir, que se permite un sistema de lista de espera cerrada.

El consejero de Sanidad y Consumo, Manuel Lamela, se defendió admitiendo que en algunos centros existen agendas cerradas de seis m...

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El diputado socialista Eduardo Sánchez Gatell aseguró ayer en el pleno de la Asamblea que miembros del comité de empresa del hospital de Alcalá de Henares afirman que "la zona A de la cuarta planta" de este centro hospitalario "está cerrada y se alquila o cede para rodar películas". Gatell realizó estas declaraciones tras asegurar que "en este centro no se da cita a nadie con más de seis meses", es decir, que se permite un sistema de lista de espera cerrada.

Lamela responsabiliza al Ministerio de Sanidad de que haya pacientes sin cita

El consejero de Sanidad y Consumo, Manuel Lamela, se defendió admitiendo que en algunos centros existen agendas cerradas de seis meses o un año, pero manifestó que los pacientes que piden cita, aunque se les diga que ya se les llamará, computan dentro de las listas de espera.

Sánchez Gatell insistió y preguntó al consejero por los datos de la consejería incluidos en el informe de Listas de Espera de Consultas y Pruebas y Técnicas Diagnósticas (LECYT). Lamela contestó con el dato de 87 días de espera media de activos en primeras consultas en julio de 2004, pero manifestó que no se debe confundir con la demora media para primeras consultas, calculada según el sistema SIAE que se situaba en 32 días. Otros datos ofrecidos por el consejero del informe LECYT suponen que la espera para un Tac (prueba de diagnóstico por imagen) se sitúa en 74 días de espera media en activos para la primera consulta, 14 días de demora media y 21 días de espera media para pacientes atendidos. En las resonancias magnéticas dijo que las esperas son de 114, 32 y 31 días respectivamente; en mamografías de 247, 75 y 53 días y las de ecografías de 122, 38 y 28 días.

El parlamentario socialista manifestó que los datos ofrecidos por el consejero "demuestran que el director general del Insalud, Jorge Tapia, mintió en sede parlamentaria al ofrecer unos datos muy inferiores [a los ofrecidos por el consejero en su respuesta] y el señor Lamela no ha tenido otra que dar los buenos. Esto demuestra que el PP tiene como forma de hacer política la mentira". Se refería Gatell a la comparecencia de Tapia el pasado 11 de noviembre, cuando se produjo la primera reunión de la Comisión de estudio para la reducción de las listas de espera diagnóstica en la Asamblea. Sánchez Gatell criticó los "exabrubtos" proferidos el pasado martes por el portavoz parlamentario del PP, Antonio Beteta. "Se está zaplanizando completamente", manifestó el parlamentario socialista.

Lamela aseguró que las "agendas cerradas" no son una práctica ilegal: se derivan de una "norma del Ministerio de Sanidad y Consumo en el año 2000, que establece que las agendas se cumplimentan por periodos de 12 meses". Lo que sí admitió es que en la sanidad madrileña existen los "pacientes sin cita" que no la reciben al estar fuera del periodo de 12 meses que prevé la legislación central. Lamela atribuyó al Ministerio de Sanidad "toda la responsabilidad" sobre la existencia de pacientes a los que no se les da cita y manifestó que el sistema de gestión de agendas es "poco operativo y rechazable pero no se lo ha inventado la Comunidad de Madrid".

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Lamela contraatacó entonces afirmando que "es el PSOE quien miente al intentar confundir a la opinión pública". En ese momento uno de los espectadores sentado en la tribuna de invitados se puso en pie y acusó a gritos al consejero de mentir. Nicomedes Sánchez, de 61 años, acudió al hemiciclo al saber que se discutiría de listas de espera. "Las palabras del consejero son de una bajeza que roza la inmoralidad. No se le pueden dar estos datos a una persona como yo que ha tenido que esperar 25 meses, 6 días y 5 horas para que le operen de una cadera", afirmó. "Que el consejero de Sanidad diga que sólo se esperan 32 días es miserable y está mintiendo". "No se pueden comportar de esta manera porque nos parten el corazón y nos parten el alma", concluyó.

El consejero intentó hacerse escuchar entre los gritos, mientras un ujier trataba de tranquilizar al indignado espectador. "Existen tres sistemas de computo distintos y ustedes están engañando a los ciudadanos", afirmó Lamela. "Ofrecen otros datos diferentes de los que se utilizan para establecer la lista de espera en otras comunidades autónomas".

Durante los turnos de réplica, el diputado socialista Sánchez Gatell acusó a su vez de mentir al consejero. Cuando le tocó el turno al diputado popular Javier Rodríguez la temperatura dentro del hemiciclo alcanzó su apogeo. Rodríguez calificó a Gatell de "mentiroso, ignorante y manipulador". En ese momento Nicomedes Sánchez volvió a levantarse en la tribuna de invitados y llamó "sinvergüenza y miserable" al parlamentario popular. Éste felicitó al diputado socialista "por los invitados que trae a esta cámara", y sugirió a Sánchez Gatell que pidiera la disolución de la comisión de estudio de las listas de espera en la Asamblea; le conminó a que se estudiara los datos "incluidos en los 55.000 folios" que la consejería había enviado a la Asamblea un día antes (el pasado miércoles) y a callarse hasta que no tuviera leídos esos datos. "Mientras tanto, punto en boca, señor Gatell. Punto en boca", finalizó Rodríguez.

La portavoz adjunta del grupo parlamentario socialista, Matilde Fernández, pidió entonces la palabra al vicepresidente primero de la mesa, José Ignacio Echeverría, que se la negó según el reglamento. Fernández quiso intervenir para salvaguardar "el decoro y el buen nombre" de su compañero de partido, al que consideraba que Rodríguez había insultado.

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