LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M

Un testigo reconoce a El Egipcio y lo sitúa en la finca de Chinchón

La prueba de ADN no aclara la implicación del supuesto cerebro del 11-M

Un testigo reconoció ayer ante el juez Juan del Olmo a Rabei Osman el Sayed, El Egipcio, como una de las personas que estuvo en fechas anteriores al 11 de marzo de 2004 en la finca de Chinchón donde el comando islamista confeccionó las bombas que hicieron explosión en los trenes. El reconocimiento en rueda de detenidos ha sido calificado como "muy importante" por quienes llevan la investigación, ya que hasta ahora ninguna de las pruebas realizadas con el ADN de El Egipcio, entregado temporalmente por Italia, había dado resultado positivo.

El perfil genético de El Egipcio n...

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Un testigo reconoció ayer ante el juez Juan del Olmo a Rabei Osman el Sayed, El Egipcio, como una de las personas que estuvo en fechas anteriores al 11 de marzo de 2004 en la finca de Chinchón donde el comando islamista confeccionó las bombas que hicieron explosión en los trenes. El reconocimiento en rueda de detenidos ha sido calificado como "muy importante" por quienes llevan la investigación, ya que hasta ahora ninguna de las pruebas realizadas con el ADN de El Egipcio, entregado temporalmente por Italia, había dado resultado positivo.

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El perfil genético de El Egipcio no aparecía en ninguno de los escenarios de los atentados del 11-M, ni en la finca de Chinchón ni en el piso de Leganés donde se suicidaron siete miembros del comando, ni en los trenes, ni en los vehículos que transportaron las bombas.

Las únicas pruebas contra Osman son las conversaciones grabadas en las que reconocía que los atentados contra los trenes de cercanías había sido una idea suya, pero hasta ahora no había pruebas objetivas que supusieran un refrendo de esas conversaciones. Podrían haber sido un farol de un islamista que deseaba presumir ante alguien al que quería captar para la causa de la yihad.

De ahí la importancia del reconocimiento: un testigo le vio en las fechas anteriores a los atentados en la finca donde se fabricaron las bombas y en compañía de algunos de los suicidas de Leganés, presuntos autores materiales de la matanza. Las piezas encajan.

Rabei Osman mide menos de 1,70 metros, es delgado, lleva el pelo rapado y barba sin bigote. Nacido el 22 de julio de 1977 en Gharbia (Egipto), ayer vestía tejanos azules, un impermeable beige y deportivas azules. Durante los tiempos muertos entre declaraciones y reconocimientos, El Egipcio, estuvo en el juzgado musitando rezos. En su frente luce una especie de callo o endurecimiento, típico entre los integristas musulmanes, por las veces que al rezar tocan su frente con el suelo. Aunque entiende español -vivió en Madrid con su esposa tunecina- su declaración se realizó en árabe y con intérprete, lo que demoró aún más su ya de por sí larga deposición, que continuaba al cierre de esta edición.

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Con intérprete

En el acto estuvieron presentes, además del intérprete, el juez Juan del Olmo, la fiscal Olga Sánchez, el secretario judicial y su abogado defensor de oficio. Además del reconocimiento, durante la sesión de la mañana fue interrogado por sus viajes desde Egipto, de donde es natural, a varios países de Europa, pero no se le preguntó por los sucesos del 11-M. En esa sesión, recogida en seis folios, Osman admitió conocer a varios de los islamistas que se suicidaron el 3 de abril en el piso de Leganés.

Por la tarde, le fueron mostradas las fotografías de los islamistas que había dicho que conocía y también fueron escuchadas en su presencia las conversaciones en las que el propio Osman reconocía a un tal Mourad Chabarou, detenido en Bélgica, donde reside, que fue él quien ideó y organizó los atentados, que los suicidas de Leganés eran sus amigos y que estaba triste por no haber podido ir al cielo con ellos. También se reprodujo la conversación grabada en Milán el 26 de mayo en la que decía a su compañero de piso: "Mis compañeros se marcharon todos a defender la causa de Dios en Afganistán y no quiero ocultarte una cosa, la operación de Madrid la hemos hecho nosotros y han muerto cinco de mis compañeros y ocho están en la cárcel, Dios me ha protegido por no morirme en esta operación, porque no me han informado de la hora exacta. Yo formaba parte de esta operación, pero no me han informado de la hora crítica por lo cual Dios me ha salvado".

El Egipcio fue detenido el 7 de junio de 2004 en su apartamento de Milán, después de que las autoridades judiciales italianas informaran al juez Del Olmo de las sospechas sobre la implicación de Osman en el 11-M, lo que originó que el magistrado dictase ese mismo día orden internacional de busca y captura contra él.

El presunto cerebro del 11-M es experto en explosivos y en su poder se intervinieron fotografías de un maletín bomba, que se activaba mediante un teléfono, el mismo sistema utilizado en los atentados de Madrid, y de un chaleco con explosivos de activación manual, similar a los que utilizan los suicidas palestinos en Israel.

El Egipcio recibió entrenamiento terrorista en un campo de Al Qaeda en Afganistán. Vino a España en 2003, en los tres meses anteriores a la matanza fue la sombra de El Tunecino y se marchó poco después del 11-M. Las investigaciones policiales permitieron determinar que El Egipcio estuvo al frente de una célula durmiente sirio-egipcia, que luego se reunificó en torno a El Tunecino. Una de sus personas de confianza, Basel Ghalyoun, fue reconocido por dos testigos en los trenes atacados. Otro de sus acólitos, Fouad El Morabit Amghar estuvo en la casa de Chinchón y llamó a varios de los implicados por el móvil. El 21 y 22 de abril El Egipcio intentó ponerse en contacto por teléfono con él, aunque El Morabit ya estaba en prisión.

El Egipcio, con barba, llega a la Audiencia para declarar ante el juez.EFE

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