Columna

Julio Ruiz

Esta semana se ha iniciado el 9º Congreso Regional de CC OO. Julio Ruiz, después de doce años de ejercicio, deja su secretaría general. Los estatutos de CC OO impiden una permanencia superior y el intento de modificación para ampliar este tiempo no fue posible. Francisco Carbonero es el nuevo secretario general, quien ha incorporado a la comisión ejecutiva nueve miembros del sector crítico. Tiempo habrá de escribir de este nuevo secretario, que ha sido la sombra de Julio Ruiz en estos años.

Sin embargo, aun cuando tiempo habrá de escribir, la decisión de integrar al sector crítico en la...

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Esta semana se ha iniciado el 9º Congreso Regional de CC OO. Julio Ruiz, después de doce años de ejercicio, deja su secretaría general. Los estatutos de CC OO impiden una permanencia superior y el intento de modificación para ampliar este tiempo no fue posible. Francisco Carbonero es el nuevo secretario general, quien ha incorporado a la comisión ejecutiva nueve miembros del sector crítico. Tiempo habrá de escribir de este nuevo secretario, que ha sido la sombra de Julio Ruiz en estos años.

Sin embargo, aun cuando tiempo habrá de escribir, la decisión de integrar al sector crítico en la comisión ejecutiva viene a dar una idea de su talante. Un talante que es el que ha demostrado Julio Ruiz durante tantos años. Este trabajador de la construcción y del campo llegado a secretario general, si en algo ha destacado, ha sido en ser capaz de sustituir la presión, como medio de consecución de logros sociales, por el diálogo y la concertación. Instrumentos que han marcado su forma de ser y con los que han sido logradas muchas mejoras sociales que, de otra forma, hubieran sido difíciles de conseguir. Ahí quedan como ejemplos de negociación su intervención en Hytasa, las minas de Aznalcóllar y la reestructuración del Plan de Empleo Rural.

Este talante, unido a su sentido de la justicia, ha favorecido los intereses de los trabajadores y de Andalucía, permitiendo un equilibrio entre los distintos agentes sociales. Un equilibrio que ha demostrado cómo el diálogo forma parte de la acción sindical efectiva y que, por tanto, es útil para los trabajadores, para la sociedad en su conjunto y, en este caso, para Andalucía.

Sin duda se podría decir mucho más pero, como decimos sus amigos, lo mejor que tiene y ha tenido es que ha conseguido lo que quería ser y llevar su personalidad al sindicato. En fin, como decía Goethe, cuando uno logra ser como uno es, se es una persona feliz. Julio Ruiz lo es. Claro que, como también dicen algunos de sus amigos, tiene un defecto: es sevillista, si no, sería perfecto. Pero, con o sin defecto -que no lo es- , lo que no se puede negar es su carácter emprendedor y el haber trasformado el sindicato para los nuevos tiempos.

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