E-Cristians ataca la política de familia del Gobierno central
El primer congreso de E-Cristians finalizó ayer en Barcelona con el apoyo unánime a "la defensa de la vida, familia, educación y religión" y el rechazo a las reformas sociales impulsadas por el Gobierno central. El cónclave, celebrado en un centro de enseñanza privada, reunió a cerca de 300 personas en su acto de clausura, donde se apoyaron las conclusiones derivadas de las dos jornadas que ha durado el congreso.
El presidente de E-Cristians, Josep Miró i Ardèvol, definió a la entidad "no como un partido político", sino como una asociación que busca "movilizar el voto católico para apoy...
El primer congreso de E-Cristians finalizó ayer en Barcelona con el apoyo unánime a "la defensa de la vida, familia, educación y religión" y el rechazo a las reformas sociales impulsadas por el Gobierno central. El cónclave, celebrado en un centro de enseñanza privada, reunió a cerca de 300 personas en su acto de clausura, donde se apoyaron las conclusiones derivadas de las dos jornadas que ha durado el congreso.
El presidente de E-Cristians, Josep Miró i Ardèvol, definió a la entidad "no como un partido político", sino como una asociación que busca "movilizar el voto católico para apoyar o rechazar a los partidos en función de sus compromisos sobre vida, familia, educación y religión". En esa línea de acción, E-Cristians propuso ayer "derogar las leyes que dañan el matrimonio, la paternidad y la maternidad".
"Nosotros facilitaremos argumentos a favor y en contra de la Constitución europea para que cada uno elija individualmente". De esta forma Miró respondió a la pregunta de un asistente, que se manifestó a favor del no al futuro texto y "preocupado por lo sucedido con Buttiglione", apartado para la cartera de Justicia de la Comisión Europea tras sus críticas a los homosexuales.
Miró adelantó que el próximo año tratarán de reunir a 5.000 personas para denunciar la política del gobierno. Un sueño que Miró auguró que llegará "con trabajo y honestidad". No en vano, el presidente de E-Cristians es consciente del largo camino por recorrer, ya que ayer sólo logró reunir a 60 personas (de un aforo de cerca de 400 sillones) a la discusión previa al acto de clausura, en el que tampoco consiguió llenar la sala.