El suplente Cesc acaba con Inglaterra

A España, como en ocasiones le ha sucedido a sus mayores, le cambió la cara en el segundo tiempo. Salieron Cesc, Navas o Font, y los chavales empezaron a marear a una selección inglesa fuerte y torpe. Iniesta, mejor acompañado, se enchufó al partido. Y con eso bastó para derribar el centro del campo del equipo británico, sólido en apariencia por la talla física de sus componentes y, en realidad, carcomido y lleno de agujeros por la inconsistencia de los mismos.

Inglaterra tiene dos delanteros fuertes y moderadamente técnicos, Bent y Cole, un lateral derecho poderoso, fuerte, muy físico ...

A España, como en ocasiones le ha sucedido a sus mayores, le cambió la cara en el segundo tiempo. Salieron Cesc, Navas o Font, y los chavales empezaron a marear a una selección inglesa fuerte y torpe. Iniesta, mejor acompañado, se enchufó al partido. Y con eso bastó para derribar el centro del campo del equipo británico, sólido en apariencia por la talla física de sus componentes y, en realidad, carcomido y lleno de agujeros por la inconsistencia de los mismos.

Inglaterra tiene dos delanteros fuertes y moderadamente técnicos, Bent y Cole, un lateral derecho poderoso, fuerte, muy físico y veloz, Johnson -que acabó siendo expulsado por su exceso de fogosidad-, y un interior derecho habilidoso, Ambrose. Pero no tiene nada más. Sólo algunas piezas aisladas, ninguna capital. De ahí que asumiese su inferioridad y basase su estrategia en el cuerpo a cuerpo, la vigilancia constante de su retaguardia -el centro del campo sólo tiene capacidad defensiva- y aguardase su oportunidad.

España tiene más cosas que ofrecer. Sin hacer un gran partido, los chicos que dirige Saéz demostraron que tienen mejores ideas y más capacidad para ponerlas en práctica. Mención especial para Xavi Prieto. El realista jugó por la derecha, casi como extremo. Pero a pesar de su lugar periférico en el césped, se inventó alguna de las mejores oportunidades. Muy listo viendo los huecos que dejaba la defensa en línea de los ingleses y muy hábil en el uno contra uno. Su principal socio fue Iniesta. En el primer tiempo, el barcelonista trató de armar el juego. Entonces, su presencia fue intermitente. Además de restar protagonismo a un correcto Zapater y a un desubicado Gabi. En el segundo, Iniesta, cosa que le sucede frecuentemente en las selecciones inferiores, se echó el equipo a la espalda. Adelantó su posición y buscó la conexión con Sergio García, Navas o Prieto, o directamente la jugada individual. Su aparición resultó decisiva en el gol español. Botó una falta y en el segundo palo, oculto entre los zagueros ingleses, Cesc empujó la pelota desde el área pequeña. La participación del jugador del Arsenal tampoco fue mucho más allá. Una pierna en el momento adecuado. El partido se rompió, Johson fue expulsado, y ya todo fue cuestión de esperar al final.