Los asesinos utilizaron dos armas blancas en los crímenes

La primera inspección ocular y el análisis del forense ha determinado que los asesinos utilizaron dos armas blancas distintas para matar al matrimonio y a su hija. La mujer y el bebé fueron apuñalados con una navaja de menores dimensiones que la empleada para acabar con la vida del esposo. Además, hubo ensañamiento. Así lo demuestra la cantidad de manchas de sangre que había en la casa. Los policías se toparon con un reguero de sangre a la entrada del patio, además de numerosas manchas de sangre en la escayola, en el techo, en el sofá y hasta en una caja de pizza que había en el salón de la vi...

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La primera inspección ocular y el análisis del forense ha determinado que los asesinos utilizaron dos armas blancas distintas para matar al matrimonio y a su hija. La mujer y el bebé fueron apuñalados con una navaja de menores dimensiones que la empleada para acabar con la vida del esposo. Además, hubo ensañamiento. Así lo demuestra la cantidad de manchas de sangre que había en la casa. Los policías se toparon con un reguero de sangre a la entrada del patio, además de numerosas manchas de sangre en la escayola, en el techo, en el sofá y hasta en una caja de pizza que había en el salón de la vivienda.

Otro detalle que llamó la atención a la Policía Científica fue un boquete reciente que había en el techo de la cocina. De hecho, aún había restos de arenilla en el suelo. En un primer momento los investigadores creyeron que se trataba de un escondrijo para guardar droga, pero luego quedó demostrado que se trata de obras que estaban llevando a cabo en esta estancia.

El suceso ocurrió en plena madrugada y amparado por la oscuridad, por lo que hay pocos testigos, y los pocos que vieron algo, se encuentran aterrorizados. Según los vecinos, una mujer que vive en el bajo de un edificio en la calle de Sánchez Preciado, justo enfrente del lugar del crimen, vio cómo tres coches llegaron al lugar del crimen, informa Michael Neudecker. "Uno de color blanco, otro azul y un tercero de color oscuro", afirman, en los que viajaban seis hombres. En cada coche iban dos hombres "armados con pistolas". "Todo ocurrió muy rápido", asegura, "entraron en la casa gritando y se escuchó un disparo". La testigo aseguró a sus vecinos que poco después los agresores volvieron a sus vehículos y desaparecieron de la escena del crimen, sin poder reconocer sus rostros ni entender lo que decían.

Vendedor de fruta

Por otra parte, fuentes policiales señalaron que Amalio era hijo de Antonio Molina Navarro, alias El Titi. Éste es un viejo conocido de la policía, ya que se dedica, supuestamente, al tráfico de droga a pequeña escala, sobre todo en el distrito de Tetuán. Siempre ha vivido en la calle del Marqués de Viana, pero la policía le tuvo que echar, por orden judicial, de las casas bajas que ocupaba en esos terrenos. Después se trasladó al paseo de la Dirección. Tenía dos hijos, el menor de los cuáles era Amalio. Éste, según su tío, se dedicaba a vender fruta en mercados ambulantes. Se había casado con Ada hace un par de años y desde entonces se habían independizado. Hacía seis meses que vivían en la calle de Sánchez Preciado. Ada proviene de Carabanchel.

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