Tribuna:CARRERAS DE CABALLOS

¿Conjura contra los purasangre?

En La maldición del escorpión de jade, un personaje apostrofa a Woody Allen: "Eres un... ¿cómo se llama a uno que cree que todos le persiguen y conspiran contra él?". Y Woody responde: "Perspicaz". Bueno, pues los aficionados a las carreras de caballos en España tenemos motivos más perspicaces que paranoicos para suponer que hay una cierta conjura informativa contra nuestro deporte favorito en la gran mayoría de los medios de comunicación del país. Pero, antes de hablarles de ella, permítanme que con algo de retraso les cuente la última gran cita hípica europea.

Los franceses sue...

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En La maldición del escorpión de jade, un personaje apostrofa a Woody Allen: "Eres un... ¿cómo se llama a uno que cree que todos le persiguen y conspiran contra él?". Y Woody responde: "Perspicaz". Bueno, pues los aficionados a las carreras de caballos en España tenemos motivos más perspicaces que paranoicos para suponer que hay una cierta conjura informativa contra nuestro deporte favorito en la gran mayoría de los medios de comunicación del país. Pero, antes de hablarles de ella, permítanme que con algo de retraso les cuente la última gran cita hípica europea.

Los franceses suelen repetir que el premio de L'Arc de Triomphe, que se corre en el hipódromo parisino de Longchamp cada primer domingo de octubre, es un verdadero campeonato mundial de los purasangre. En la edición de este año, esa amable exageración chovinista ha estado en realidad más próxima a la verdad que nunca. Entre los veinte participantes se hallaban los ganadores del Derby de Epsom (North Light), del de Irlanda (Grey Swallow), del de Francia (Blue Canari) y del de Alemania (Shirocco, finalmente retirado por el estado excesivamente duro de la pista), así como las vencedoras en los Oaks de Epsom e Irlanda (Ouija Board) y de Francia (Latice), además de Warrsan, triunfador en el Gran Premio de Baden Baden y de Tap Dance City, ganador de la Japan Cup y recién llegado de Tokio para la gran carrera. En ninguna parte es fácil ver reunidos caballos de tan alto mérito y vencedores en competiciones internacionales tan diversas.

Fue precisamente el representante japonés el que marcó un paso endiablado gran parte de la prueba, en competencia casi suicida con North Light. Gracias a ellos, el tiempo de la prueba estuvo a punto de convertirse en un nuevo récord. Finalmente, ambos pagaron su excesiva audacia y el triunfo fue para el francés Bago, de la cuadra Niarchos y montado por Thierry Gillet (un jinete modesto que aprovechó magistralmente su oportunidad de gloria). Había dudas sobre la aptitud para la distancia de Bago, que parecía preferir metrajes más reducidos, pero, tras verle coronar la milla y media para batir a Cherry Mix (guiado por el jinete ganador de la pasada edición, Christophe Sumillon), pocas dudas quedan sobre su dominio en las pruebas de medio fondo. La tercera plaza (rematando espectacularmente) fue para la espléndida Ouija Board, que ha hecho revivir los colores de Lord Derby, la chaquetilla negra con botón blanco y gorra blanca, que son los mas antiguos del turf.

Pues bien, hablemos ahora un poco de la conspiración del silencio. Esta gran ocasión hípica del Arco de Triunfo reparte 1.600.000 euros en premios entre los primeros clasificados de la prueba y moviliza muchos millones más en apuestas. Lo presencian decenas de miles de espectadores en Longchamp y varios millones más por televisión en todos los continentes. Ya de por sí, parece un acontecimiento por lo menos tan digno de ser comentado como las regatas de vela en Nueva Zelanda, los concursos de tiro con arco en Indonesia y otros eventos de los que solemos encontrar puntuales comentarios en las páginas deportivas de la prensa española. Además, este año, el favorito de la prueba (Prospect Park, que finalmente no se lució en la pista) estaba entrenado por el andaluz Carlos Laffón Parias, sin duda uno de los más estimados preparadores de Francia, alguno de cuyos pupilos (el blanco Keltos, por ejemplo, ha obtenido también excelentes resultados en Inglaterra y otros países). Y aún más: el jinete que está a punto de ganar la Cravache d'Or (Fusta de Oro) en el campeonato de jockeys franceses (uno de los más competitivos de Europa) es el joven guipuzcoano Ioritz Mendizábal, ya considerado un auténtico fenómeno en su especialidad.

Pues ni por ésas: ni en los medios de prensa españoles ni en las radios o televisiones (con alguna episódica y benemérita excepción que confirma la regla) se ha dignado nadie hacerse eco de la gran carrera de París o de las trayectorias de estos deportistas nacidos entre nosotros y que han debido abrirse camino en otros lugares por la falta de oportunidades que encuentran aquí, entre otras cosas por el interminable cierre del hipódromo de Madrid. Por lo visto, nuestros medios de comunicación sólo pueden hablar de carreras de caballos cuando algún corcel se rompe una pata en la pista, se descubre un fraude en las apuestas de algún rincón del mundo o las señoras se ponen pamela para ir a Ascot. ¡Y, encima, tenemos que aguantar que se nos diga paternalmente "es que en España no hay afición a las carreras" cuando hace un par de días la prensa hípica francesa comentaba sorprendida que en el hipódromo de Chantilly, la víspera de las pruebas de Longchamp, "se oía hablar español tanto como francés"! Pero, desde luego, en España no se oye ni se quiere oír a esos aficionados. ¿Hasta cuándo?

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