Detenidos dos falsos inspectores de gas que intentaron robar a una mujer

La víctima logró zafarse y pedir auxilio por una ventana

Una vecina del distrito de Centro, la ecuatoriana Naudita Valverde, de 42 años, logró zafarse ayer de dos falsos inspectores de gas que se colaron en su vivienda y que pretendían robarle todos los objetos de valor. Uno de los atacantes le puso un cuchillo de cocina en el cuello, pero la mujer pudo huir hasta una ventana que daba a la calle, desde la que pidió auxilio. Dos policías municipales detuvieron a los ladrones.

Los hechos ocurrieron sobre las 9.30 en la quinta planta del número 6 de la calle de Mesón de Paredes, a escasos metros de la Gran Vía. Naudita Valverde acababa de levant...

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Una vecina del distrito de Centro, la ecuatoriana Naudita Valverde, de 42 años, logró zafarse ayer de dos falsos inspectores de gas que se colaron en su vivienda y que pretendían robarle todos los objetos de valor. Uno de los atacantes le puso un cuchillo de cocina en el cuello, pero la mujer pudo huir hasta una ventana que daba a la calle, desde la que pidió auxilio. Dos policías municipales detuvieron a los ladrones.

Los hechos ocurrieron sobre las 9.30 en la quinta planta del número 6 de la calle de Mesón de Paredes, a escasos metros de la Gran Vía. Naudita Valverde acababa de levantarse, cuando una mujer rubia, de 1,65 metros de estatura, llamó a la puerta. Ella le preguntó quién era, a lo que la mujer le respondió que iba a revisar el contador del gas. Valverde abrió un poco la puerta, porque sospechó de ellos, y les pidió que se identificaran y mostraran la pertinente autorización. Pero no le dio tiempo a hacer nada más. De repente, se abalanzó sobre ella un hombre alto que le puso un cuchillo de cocina en el cuello. "Empecé a gritar y de repente me tapó la boca para que no siguiera pidiendo auxilio", señaló la víctima. La inquilina sufrió contusiones en el labio provocadas por el agresor, de las que fue atendida por sanitarios del Samur-Protección Civil, según un portavoz de Emergencias Madrid.

Los ladrones entraron en la casa y la exigieron todo el dinero que tuviera. "No me hagas daño. Yo no tengo dinero. Aquí están todos trabajando. Busquen lo que quieran", le respondió la mujer. Pero la mujer logró zafarse de su atacante y salió corriendo hacia una de las habitaciones. "Él no paraba de acosarme en la ventana para que no pidiera auxilio. En un momento dado, logré quitarle el cuchillo y tirarlo a la calle", recordó ayer la mujer. Mientras, la compañera del hombre comenzó a registrar el resto de la vivienda y se hizo con el teléfono móvil de la mujer, que estaba encima de una de las mesillas.

Policías municipales

"No sé cómo no he matado a un hombre que pasaba en ese momento por la calle. Cuando le he quitado el cuchillo, lo he arrojado a la calle y de pura casualidad no le he dado", añadió la víctima, que lleva ocho años en España y que trabaja desde hace poco tiempo como camarera en un restaurante. La mujer continuó gritando hasta que dos agentes de la Policía Municipal subieron hasta la quinta planta para ver qué estaba sucediendo.

Los policías se toparon con los ladrones (ella, de 32 años, y él, de 43) cuando intentaban subir de la quinta planta hasta la azotea para tratar de huir. Allí fueron arrestados. Después fueron conducidos a la comisaría de Centro, desde donde pasarán hoy a disposición judicial.

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La víctima sospechaba que los ladrones podrían haber recibido algún chivatazo, ya que recientemente uno de sus cinco hijos había cobrado una "importante indemnización" de 7.000 euros. El dinero era guardado todavía en la vivienda familiar, ya que al hijo no le había dado tiempo a ingresarlo en el banco. Hace poco que se ha hecho cargo de la tienda de alimentación que tenía su madre desde hacía años.

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