Reconocimientos a una labor silenciosa

La Junta de Andalucía quiso reconocer ayer la labor, silenciosa y anónima, de muchas personas mayores que han destacado en diferentes campos de la vida, pero que casi nunca han sido protagonistas. Ayer se pusieron sus mejores galas para recibir un galardón que ha premiado toda una trayectoria. Ese es el caso, por ejemplo, de Francisco Almagro, que a sus 93 años sigue escribiendo libros de cuentos tras haber sido letrista de artistas como Juanito Valderrama, Manolo Escobar o Pepe Mairena. Para éste último escribió su canción más famosa, La ovejita lucera.

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La Junta de Andalucía quiso reconocer ayer la labor, silenciosa y anónima, de muchas personas mayores que han destacado en diferentes campos de la vida, pero que casi nunca han sido protagonistas. Ayer se pusieron sus mejores galas para recibir un galardón que ha premiado toda una trayectoria. Ese es el caso, por ejemplo, de Francisco Almagro, que a sus 93 años sigue escribiendo libros de cuentos tras haber sido letrista de artistas como Juanito Valderrama, Manolo Escobar o Pepe Mairena. Para éste último escribió su canción más famosa, La ovejita lucera.

También fueron premiados Luis Coronas Tejadas, Académico de la Real Academia de la Historia y artífice de las principales investigadores históricas sobre la provincia de Jaén; el empresario de la construcción Juan Bueno que, desde niño empezó a forjar una empresa (Jubuconsa) que está entre las más importantes del sector en Andalucía; o el también empresario de la hostelería Luis Rentero, alma del prestigioso Torneo Internacional de Ajedrez con el que ha universalizado el nombre de Linares.

Menos conocidos eran aún otros premiados, como Carmen Peláez Moreno, alumna de Educación de Adultos a sus 64 años; Iluminada Teruel Rubio, premiada por su labor de protección del patrimonio natural en su aldea de La Capellanía, en la Sierra de Segura, y por ser quien detectó el incendio forestal del pasado 27 de agosto; Emigdio Moreno, médico rural durante toda su vida en Cazorla y que desde su jubilación, hace 10 años, sigue ejerciendo su labor como voluntario en la residencia de mayores de su pueblo; José Collado, que sigue luchando por la asociación vecinal de Arrayanes en Linares a sus 80 años; Rafael Serichol, guía voluntario del Museo de Jaén desde que se jubiló como militar; Alejandro Pérez Conde, fundador de la Unión de Pequeños Agricultores en Jaén; o Francisco Quesada, un funcionario de Obras Públicas que recibió el galardón a título póstumo.

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