Reportaje:FÚTBOL | Liga de Campeones: tercera jornada

'Lou' ya no camina solo

Luis García, orgulloso y feliz de jugar en "otro mundo", espera que ante el Depor se vea un partidazo y su nuevo equipo inglés siga en alza

Porque era el Liverpool y, además, porque quien le esperaba sentado en el banquillo era Rafa Benítez, Luis García (Badalona, 1978) no escuchó a Txiki Begiristain, director deportivo del Barcelona, hizo las maletas y el pasado 20 de agosto emigró al fútbol inglés. Además, sabía que Ludovic Giuly tenía preferencia en la banda derecha del ataque, y como eso de hacer maletas no le da ninguna pereza, decidió cambiar otra vez de casa. "Después de haber vivido en Tenerife, Valladolid y Madrid antes de regresar a Barcelona, a mis padres ya no les sorprendió que volviera a mudarme", reconoce.

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Porque era el Liverpool y, además, porque quien le esperaba sentado en el banquillo era Rafa Benítez, Luis García (Badalona, 1978) no escuchó a Txiki Begiristain, director deportivo del Barcelona, hizo las maletas y el pasado 20 de agosto emigró al fútbol inglés. Además, sabía que Ludovic Giuly tenía preferencia en la banda derecha del ataque, y como eso de hacer maletas no le da ninguna pereza, decidió cambiar otra vez de casa. "Después de haber vivido en Tenerife, Valladolid y Madrid antes de regresar a Barcelona, a mis padres ya no les sorprendió que volviera a mudarme", reconoce.

Por mucho que les añore tanto como a sus amigos -"no tenerles cerca es lo que llevo peor", explica- Luis está orgulloso y satisfecho de jugar en la Premier League, que define como "otro mundo, una forma de entender el fútbol especial y apasionante".

Claro que todo tiene su parte negativa. "Los dos primeros días conducir por la izquierda fue un infierno, me quería morir", dice entre risas. Ha sido, precisamente, sentado al volante como ha descubierto la ciudad, en contra de su voluntad, bien es cierto: "Es horroroso, día si, día no, me pierdo camino del entrenamiento. Creo que ya he visto todos los barrios de Liverpool", asegura con buen humor y cierta resignación.

La adaptación le resulta más complicada en esos detalles que en lo puramente deportivo. Lo justifica: "Los horarios me tienen loco. Comen a la una y a las seis todas las tiendas ya están cerradas. Ese ritmo de vida lo llevo fatal". Afortunadamente, haber estudiado inglés durante varios años le ha servido para entenderse con soltura. Apañado en la cocina y de fácil contentar en la mesa, tampoco tiene problema a la hora de comer. "La pasta es pasta en todos los sitios y, además, los jugadores solemos comer cada día en la ciudad deportiva, así que el menú es bastante semejante al de una concentración de pretemporada con cualquier club español".

La presencia del Benítez al frente del equipo y la de Xabi Alonso y Josemi en el vestuario, ha facilitado también su integración en la plantilla, en un vestuario que define como "muy divertido". El noruego Riise y el australiano Kewell llenan de risas el antes y el después de los entrenamientos. "Me parto con ellos", confiesa este jugador al que en el Atlético de Madrid bautizaron como el accesorios y al que ahora, vestido de rojo, los compañeros conocen por Lou. "Primero fue Louis, pero han terminado por acortar el nombre hasta dejarlo en Lou", cuenta.

Aún se emociona al recordar su debú y la impresión que le causó escuchar el rugir en The Koop cantando el You´ll never walk alone (nunca caminarás solo). "Lo llevaré siempre grabado, es imposible explicar la emoción que me causó", asegura. Es consciente de que no juega en un equipo cualquiera. "Este club es especial", subraya. También sabe que ya ha hecho historia: su hijo Joel, el bebé que Raquel, su esposa, está a punto de dar a luz, un día verá en vídeo cómo su padre marcó un gol que le convirtió en el primer español en marcar con la zamarra del Liverpool.

Todavía no ha pisado The Cavern, el local donde empezaron a tocar The Beatles. "He pasado por delante, pero no he entrado". Será porque del cuarteto que puso en el mapa a la ciudad en la que hoy vive nunca le gustó demasiado. En su apartamento de Sheffton Park, donde vive, esperaba ayer ansioso la cita con el Deportivo, ilusionado ante un duelo que será, asegura, "un partidazo". Seguro de que los puntos se van a quedar en Anfield, anuncia que "el equipo está creciendo y va a más". Hoy, vestido de rojo, volverá a entrar en el campo con el pie derecho, como ha hecho toda su vida. Pero ahora es Lou y ya no camina solo.

Luis García celebra un gol con el Liverpool.AP

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