Análisis:'59 SEGUNDOS' y 'ENFOQUE' / TVE-1

Dos tazas

La fiebre por debatir ha llegado a TVE. En la semana de estreno de 59 segundos (La Primera) y Enfoque (La 2), a TVE no se le ocurrió nada mejor que elegir la misma cuestión de los matrimonios homosexuales para los dos debates. 59 segundos (23.30, esta noche), moderado por una Mamen Mendizábal algo tensa y estricta en su debut, propone un modelo más superficial de debate, una versión civilizada de Moros y cristianos. La introducción de Mendizábal fue una declaración de principios: dijo que se debatirá en un tono "amable y cordial".

Debatir, sin embargo, no sig...

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La fiebre por debatir ha llegado a TVE. En la semana de estreno de 59 segundos (La Primera) y Enfoque (La 2), a TVE no se le ocurrió nada mejor que elegir la misma cuestión de los matrimonios homosexuales para los dos debates. 59 segundos (23.30, esta noche), moderado por una Mamen Mendizábal algo tensa y estricta en su debut, propone un modelo más superficial de debate, una versión civilizada de Moros y cristianos. La introducción de Mendizábal fue una declaración de principios: dijo que se debatirá en un tono "amable y cordial".

Debatir, sin embargo, no significa ser forzosamente amable. En cuanto a la cordialidad, incluso La clave se permitía alguna escandalosa salida de tono. Público no domado por el regidor, una selección de invitados que tiende a la pluralidad político-mediática, breves cápsulas de humor descomprensivo y un reparto de papeles que combinó, entre otros, la crispación mitinera de Pedro Zerolo, las obviedades simpáticas de Anabel Alonso, la retórica barroca de Pedro J. Ramírez y el sarcasmo desastrado de Enrique San Francisco.

El encuentro constituyó una exposición de argumentos limitados por una única condición: que ninguna intervención dure más de 59 segundos. En caso de superarlos, el micrófono se encoge y desaparece dejando las palabras en el aire. Enric Sopena, propenso al circunloquio autocomplaciente, fue víctima de este retráctil mecanismo. Para el espectador, este condicionante distrae, ya que estás tan pendiente de las erecciones del micro que te olvidas de lo que dicen. La segunda parte del programa es una entrevista, en este caso al secretario de comunicación del PP, en la que el invitado puede rebasar los dichosos 59 segundos, una discriminación que debería rectificarse. Ah, y un detalle corregible: apenas hay rotulación que informe sobre quiénes son los que hablan.

Enfoque (mañana, 22.35), moderado por Pedro Piqueras, se ciñe a leyes más convencionales del género, sin efectismos ni inventos. Entre los debatientes, volvimos a ver a Pedro Zerolo, lo cual induce a pensar que a) no hay coordinación entre los distintos debates de TVE a la hora de elegir los invitados o b) la opinión de Zerolo resulta vital para esta cuestión. Enfoque profundizó más en la polémica a cambio de ser más espeso y aportó, además de testimonios previamente editados, discrepancias morales y jurídicas de fondo, sobre todo entre los defensores de los modelos más tradicionales de familia. La pluralidad, pues, se quedó a medias, ya que mientras la variedad de ponentes sí es un hecho, dos dosis seguidas del mismo caldo indigestan.

[59 segundos contó el pasado lunes con una media de 1.562.000 espectadores y una cuota de pantalla del 18,7%, y el martes, Enfoque, con 1.493.000 y un 9,5%].

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