La España de Luis sigue en deuda

Truenos racistas aparte, llegada la hora del fútbol la España de Luis Aragonés sigue en deuda. Su jaleado ascenso al banquillo nacional ha dejado hasta la fecha una huella inquietante: una sosa e irrelevante victoria ante la débil Venezuela, un agónico y tormentoso empate con la peor Escocia de las últimas décadas y otra igualada frente a un equipo del pelotón medio europeo como Bosnia. Tres meses después del batacazo sufrido en la Eurocopa de Portugal, la selección no ha remontado el vuelo. Luis ha mantenido prácticamente la misma armadura que Iñaki Sáez y, por ahora, España sigue atascada. H...

Truenos racistas aparte, llegada la hora del fútbol la España de Luis Aragonés sigue en deuda. Su jaleado ascenso al banquillo nacional ha dejado hasta la fecha una huella inquietante: una sosa e irrelevante victoria ante la débil Venezuela, un agónico y tormentoso empate con la peor Escocia de las últimas décadas y otra igualada frente a un equipo del pelotón medio europeo como Bosnia. Tres meses después del batacazo sufrido en la Eurocopa de Portugal, la selección no ha remontado el vuelo. Luis ha mantenido prácticamente la misma armadura que Iñaki Sáez y, por ahora, España sigue atascada. Hasta el punto de que tras su paso por Bosnia un tropiezo hoy ante Bélgica (TVE-1, 21.45) le dejaría muy magullada de cara al mínimo exigible a este equipo: su clasificación para el Mundial de Alemania de 2006.

A la espera de comprobar si Luis es capaz de corregir el bacheado rumbo de la selección, de momento el nuevo inquilino del banquillo ha puesto el acento en los múltiples defectos que dice observar en el fútbol español: que si los jugadores no saben competir, que si falta una sede fija, que si el futbolista español ya no es sólo futbolista sino que ha ganado terreno en otos campos, que si la media de edad de la selección es de sólo 24 años...

Sobre el césped, en la práctica, para su segundo partido oficial Luis ha trastocado el equipo al prescindir de Helguera, Valerón y Morientes y echar el lazo por primera vez al azulgrana Xavi. El cántabro llevaba tres años sin quedar fuera de una convocatoria y el canario se convirtió involuntariamente en uno de los azotes de Sáez, al que se le reclamaba desde numerosos altavoces que agrupara al deportivista con Raúl y Torres. Morientes, máximo goleador de la última Liga de Campeones, es hoy el único rematador contrastado del fútbol español. Pero Luis tiene otra idea. Prefiere a dos medias puntas como Raúl y Torres -"mi pasillo de seguridad ante el gol, el primero más retrasado y el segundo, que debe mejorar algunas cosas, explotando su velocidad"-. Y le basta con el intuitivo Tamudo como recambio, pese a que España estará obligada a cargar con el peso del partido tanto hoy como en Lituania el miércoles. Una cita, la de Vilnius, decisiva para la convocatoria de Pablo en detrimento de Helguera, perjudicado, según el técnico, "por su constante cambio de puesto".

Luis desveló ayer que el central del Atlético puede ser una baza decisiva ante los lituanos porque "tiene un dominio impresionante del juego aéreo". Con Xavi por delante de Albelda, Luis quiere dar mayor lucidez al juego ofensivo, un factor determinante frente a un equipo, el belga, al que se espera bien atrincherado y frente al que España necesitará tener mucha paciencia, como la que ha tenido la afición con un equipo que está en deuda. Antes y después de la llegada de Luis, que, guiños del destino, debutará en un partido oficial en casa en El Sardinero, el mismo escenario que vio estrenarse a Javier Clemente el 9 de septiembre de 1992 con victoria ante Inglaterra (1-0, gol de Fonseca).

España: Casillas; M. Salgado, Puyol, Marchena, Del Horno; Albelda; Joaquín, Xavi, Reyes; Raúl y F. Torres.

Bélgica: Peersman; Deflandre, Kompany, Van Buyten, Deschacht; Dufer, Bisconti, Clement, Goor; Mpenza, Sonck.