Entrevista:FRANCISCO CAMPS | Presidente de la Generalitat | 9 D'OCTUBRE

"El valencianismo es una forma de entender la vida que impregna las decisiones que tomo"

Ser presidente de la Generalitat ha sido siempre su máxima ambición política. Francisco Camps (Valencia, 1962) inició su carrera política como concejal de la alcaldesa Rita Barberá a los 28 años. Licenciado en Derecho, ahora dedica todos sus esfuerzos a impulsar un proyecto político que, pese a estar respaldado por una mayoría absoluta, encuentra el principal obstáculo en su propio partido.

Pregunta. Usted juró el cargo de presidente sobre un ejemplar de Els Furs ¿Qué queda de esa voluntad valencianista?

Respuesta. Todo. Soy profundamente valencianista. Cuand...

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Ser presidente de la Generalitat ha sido siempre su máxima ambición política. Francisco Camps (Valencia, 1962) inició su carrera política como concejal de la alcaldesa Rita Barberá a los 28 años. Licenciado en Derecho, ahora dedica todos sus esfuerzos a impulsar un proyecto político que, pese a estar respaldado por una mayoría absoluta, encuentra el principal obstáculo en su propio partido.

Pregunta. Usted juró el cargo de presidente sobre un ejemplar de Els Furs ¿Qué queda de esa voluntad valencianista?

Respuesta. Todo. Soy profundamente valencianista. Cuando hablo de la nueva centralidad, de la defensa de nuestros intereses o de la presencia política de la Comunidad Valenciana en el concierto español estoy hablando de valencianismo. El valencianismo es una forma de entender la vida que impregna emociones, decisiones y acciones políticas y, en mi caso, también impregna las decisiones que voy tomando.

"No hay un conflicto en la sociedad en torno al valenciano. Sólo algún sector lo plantea"
"En el AVE, puertos o aeropuertos, dependemos de nosotros y del Gobierno central"
"No cabe hablar de crisis en la industria tradicional valenciana. Estamos en el mercado"
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"Descentralización hacia los ayuntamientos sí. Aunque es complicado"
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P. El PP firmó un Pacte pel Valencià en el marco de la constitución de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). El acuerdo llevaba implícita la decisión de populares y socialistas de excluir el conflicto lingüístico de la agenda política. Sin embargo, la petición de Moratinos para lograr la oficialidad de las distintas lenguas de España en la Unión Europea ha avivado la cuestión. ¿Tiene voluntad de convertir la polémica sobre la lengua en una cuestión residual?

R. Creo que no hay tal conflicto. Sólo de vez en cuando, algún sector determinado plantea la polémica en torno al idioma. Hoy hay más líneas en valenciano que nunca, hay más inversión cultural en valenciano que nunca, hay una cadena de televisión en valenciano, está la AVL. Lo que hay es una realidad mucho más importante que hace unos años. En la sociedad esa cuestión se vive con normalidad. Si paseamos por las calles nos encontramos a la gente hablando en valenciano o en castellano y no plantea conflictos. En la época de la transición sí se vivía como un conflicto.

P. Pero hay muchos aspectos del Pacte pel Valencià por desarrollar, como la normalización de las rotulaciones de organismos oficiales, etc.

R. Hay normalización, y le voy a contar un secreto. La rotulación de las calles de Valencia que están en valenciano y castellano se puso siendo yo concejal de Tráfico. Y estoy muy contento porque cada vez hay más señalética en valenciano.

P. En ese contexto ¿por qué el anticatalanismo sigue jugando un papel tan importante en la política valenciana?

R. A todos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana nos duele profundamente que el presidente catalán haya dicho no al trasvase del Ebro. No es un problema de Cataluña, sino del actual presidente socialista del Gobierno catalán, igual que del presidente del Gobierno de Aragón. En cambio los catalanes y aragoneses del PP están a favor del agua. Hay muchísimas cuestiones ya superadas que no se plantean en el debate ordinario. Creo que los valencianos estamos mirando hacia el futuro con tranquilidad y autoestima.

P. Usted ha acuñado el concepto de "nueva centralidad" para la Comunidad Valenciana. Dígame cómo es posible lograr ese objetivo sin mantener relaciones con tres de los cuatro gobiernos autonómicos peninsulares limítrofes.

R. Hay que dejar claro que existen proyectos que no dependen de otras comunidades. Cuando hablamos de AVE, puertos o aeropuertos, dependemos de nosotros y del Gobierno central. Las relaciones con otras autonomías a veces son fluidas y otras no tanto; pero en cualquier caso no son malas.

P. ¿No cree que si existiesen relaciones sería más fácil desbloquear cuestiones en las que hay intereses comunes?

R. Aragón y Valencia estamos defendiendo la autovía a Somport. Las dos comunidades defendemos también la alta velocidad [ferroviaria] Zaragoza-Teruel-Valencia. Con Cataluña estamos defendiendo una alternativa a la AP-7. Sí que hay una relación e intereses que estamos defendiendo de una manera común.

P. Pero eso no se visualiza en ninguna parte.

R. Se visualiza porque estamos defendiendo lo mismo. Defender el corredor mediterráneo o las conexiones con el norte de España en la misma línea es defender intereses comunes. Otra cosa es que nosotros pidamos el trasvase y los gobiernos socialistas de Aragón y Cataluña se nieguen. No tenemos ninguna cuestión por desbloquear aparte del problema del agua.

P. ¿Entonces por qué se niega a discutir sobre la eurorregión que propone Maragall?

R. Porque no es nuestra estrategia. Nuestra estrategia es la centralidad, donde también entra Cataluña en el Arco Mediterráneo, con Murcia y Almería. También planteamos un eje de comunicación potente entre Madrid y Baleares, que nos viene muy bien para todo el tránsito portuario. Nuestra estrategia está también con las regiones europeas que salen del Objetivo 1. Igual que hacer una apuesta de futuro con la internacionalización de nuestros productos. Por eso firmé con el Gobierno de España un acuerdo para utilizar las oficinas de comercio exterior. Tenemos muchas estrategias que estamos poniendo en marcha y las acometemos en función de la apuesta regional, nacional o internacional. La llamamos nueva centralidad.

P. Usted y el PP tienen el compromiso de reformar el Estatuto. ¿en qué términos exactamente?

R. Máximo nivel competencial dentro de la Constitución española. Ni más, ni menos.

P. ¿Eso supone una capacidad de disolución del Parlamento valenciano como la de Cataluña o como la de Murcia?

R. En la reforma del Estatuto de Autonomía intento no plantear cuestiones concretas para no forzar la negociación y llegar al máximo consenso.

P. Pero en esa cuestión la oposición parlamentaria ya se ha pronunciado por un modelo de máximos como el de Cataluña.

R. Están por esa labor, pero yo he intentado siempre no hablar de mecanismos y hablar de máximos y de nuestro modelo autonómico. En la negociación se verán las cuestiones que entre todos consensuamos. No quiero forzar decisiones en cuestiones importantes porque no lo son todo. Si no, parece que toda nuestra capacidad de autonomía dependa de un mecanismo gubernamental que hemos de tener porque tenemos el único Estatuto que no tiene capacidad de disolución. Es una situación anacrónica desde el punto de vista del Gobierno y del Parlamento, pero hay un montón de cuestiones. Por eso no he querido plantearla como si fuese la solución al Estatuto, porque eso no le da mayor o menor entidad a una comunidad autónoma.

P. Pero diferencia a las comunidades de primera o históricas de las restantes. Y si no es así, ¿en torno a qué habría que hablar en la reforma?

R. Aquí se tiene que hablar de competencias, de instituciones, de legislación como el derecho civil, del mecanismo. Hay muchas cosas que hablar, aunque esto no prejuzga nada.

P. El PP ya ha fijado su posición sobre el modelo territorial. Igual que no considera necesarias, en términos generales, las reformas constitucionales y estatutarias, también defiende una descentralización desde las autonomías hacia los ayuntamientos en la que el Estado no tiene nada que decir. ¿Tiene usted alguna iniciativa al respecto?

R. Descentralización hacia los ayuntamientos, sí. Hay que descubrir o decidir qué competencias se pueden transferir a los ayuntamientos de manera homogénea. En la Comunidad Valenciana hay municipios de 800.000 habitantes y de 500, por lo tanto hay competencias que una ciudad grande puede asumir y un pueblo pequeño no. No es lo mismo descentralizar hacia las comunidades autónomas, que hacia unos ayuntamientos dispares en población y territorio.

P. Pero es una propuesta de su partido. ¿Qué piensa hacer?

R. ¿Qué competencia dije yo al principio de esta legislatura que se podría transferir prácticamente e su totalidad a todos los municipios? La educación infantil y primaria. En eso estamos trabajando, pese a que se trata de una cuestión muy compleja.

P. Desde el Consell se acusa reiteradamente al Gobierno central de marginar, en estos seis meses de presidencia socialista, a la Comunidad Valenciana ¿No cree que a la ciudadanía le cuesta entender esta clase de reproches cuando en los últimos ocho años no ha habido una sola queja hacia el Gobierno Aznar?

R. El Gobierno de José María Aznar comenzó en relación a la Comunidad Valenciana con la culminación de la autovía A-3 [el cierre en las hoces del Cabriel de la carretera Madrid-Valencia]. Durante los años de gobierno de Aznar se ha invertido en autovías, se ha invertido en nuestros puertos y se ha puesto en marcha la construcción del AVE. Se ha aprobado el PHN y ya se habían iniciado las obras del trasvase del Ebro a la Comunidad Valenciana. Y, además, se ha planificado la red nueva ferroviaria, de carreteras, etc. Nunca se habían puesto en marcha tantas obras de infraestructura pagadas por el Estado o planificadas como durante todos esos años. Por ejemplo, la autovía Sagunto-Somport.

P. Pero usted mismo reconoce que está satisfecho con la marcha de la Copa del América, que se han respetado los compromisos presupuestarios asumidos por Aznar y el Gobierno central ha anunciado la mejora a velocidad alta de la línea entre Sagunto y Bilbao.

R. Lo que no es razonable es que el Gobierno apruebe en el primer mes un decretazo paralizando un trasvase que tantos años nos había costado a los valencianos tener. Ahí, no sólo el gobierno, sino toda la sociedad valenciana se sintió profundamente agraviada. Ha sido un insulto político de primera magnitud.

P. Sin embargo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe sobre la evolución medioambiental en España entre 1996 y 2003, afirma que "un análisis de coste-beneficio no justificaría el proyecto". Además, aconseja revisar y reformar el PHN y cree que la gestión del agua dista mucho de ser sostenible.

R. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado los costes de obras de infraestructuras en media España? Yo creo que las obras de infraestructuras que ponemos en marcha en nuestro país -autovías cruzando el centro de nuestro país, alta velocidad llegando a los rincones más alejados de nuestro país- nunca se plantean desde el primer minuto desde el punto de vista de la rentabilidad económica inmediata. Se plantean como proyectos de desarrollo y prosperidad futuras, como es el caso del trasvase del Ebro. Independientemente del informe [de la OCDE] estoy convencido que el trasvase del Ebro es rentable desde el punto de vista social, económico y de coste de la obra. Los valencianos nos damos cuenta de la cantidad de obras que se están construyendo por ahí y de que nadie atiende a la rentabilidad económica de la misma.

P. Si le parece, hablemos ahora de su gestión y de la situación económica. La tasa de cobertura de la balanza comercial se ha reducido mucho en los últimos años y la pérdida de peso de los sectores tradicionales es evidente.

R. Exportamos más ahora en todos los sectores que hace cinco años. Otra cosa es que importemos más también. En unos sectores más, en otros menos, pero seguimos exportando más. La tasa de cobertura sigue siendo positiva y es la más positiva de toda España en autonomías de mucha capacidad exportadora.

P. Pero hay un debate planteado sobre el futuro de los sectores industriales ¿En qué situación se encuentran las industrias tradicionales como textil, calzado...?

R. Es verdad, hay un debate planteado. En algunas empresas de algunos sectores habrá que plantear nuevas estrategias de inversión en investigación, internacionalización y nuevos mercados.El azulejo ha hecho esas apuestas y su tasa de exportación ha crecido. Los sectores tradicionales en nuestra Comunidad tienen todas las opciones para seguir creciendo, seguir exportando y seguir generando empleo.

P. En resumen, ¿cabe hablar de crisis en la industria tradicional?

R. No. Cabe hablar de apuestas y de nuevas estrategias. Estamos en el mercado.

P. Pero incidentes como los registrados en Elche contra los zapateros chinos son todo un síntoma de deterioro.

R. Primero hay una cuestión de orden público. Luego hay que pedir un mayor control del Gobierno en aduanas y otras materias. Y luego, hay que decir que seguimos siendo muy competitivos en diseño, innovación, distribución y capacidad de adecuación al mercado. Hemos sabido adaptarnos muy bien en cada circunstancia y en cada momento y siempre los hemos superado.

P. Otro de los motores de la economía valenciana es el turismo. Un informe del Banco de España alerta de que el modelo de sol y playa ofrece síntomas de agotamiento. ¿Está de acuerdo?

R. El turismo de sol y playa no está agotado y siempre será una referencia inexcusable de nuestro sector turístico y de nuestra riqueza. Sobre la base de una Comunidad muy atractiva por el turismo de sol y playa hemos diversificado en turismo de ocio, urbano, cultural, de ferias... Hemos crecido en número de visitantes y tenemos todavía unas expectativas muy importantes. Además está el turismo rural.

P. ¿Considera que el sector de la construcción ha provocado una sobreexplotación del litoral?

R. Hemos puesto en marcha una importante batería de leyes que tienen que ver con la edificación, el territorio y el paisaje. Hemos sido los primeros en legislar sobre el paisaje, no sólo sobre el territorio sino sobre su percepción visual.

P. En su discurso de investidura usted formuló promesas muy ambiciosas. Algunas, como el compromiso de ofrecer habitaciones individuales en los hospitales, parecen muy difíciles de cumplir. ¿Está satisfecho con la gestión realizada hasta ahora?

R. Sí, yo quiero cumplir con todas las promesas. Desde que soy presidente se han comenzado, entre otros, los hospitales de Torrevieja, La Fe y la ampliación de Elche. Sólo con estos tres proyectos ya estamos en el esfuerzo de del cumplimiento de ese compromiso de habitaciones individuales. Todas las promesas están en marcha, aunque yo siempre quiero más y más rápido. Los compromisos más llamativos, las 100.000 viviendas, el chequeo a los mayores de 40 años, las camas para crónicos, la creación de empleo, la inversión en transporte público van a muy buen ritmo.

P. El Consell ha anunciado un nuevo plan de financiación para las universidades en seis meses.

R. Lo que se ha anunciado es que vamos a hacer un nuevo plan de financiación porque ya ha terminado el anterior, que tenía una vigencia temporal. Ahora vamos a hacer otro.

"Noto el cariño de mis compañeros"

La entrevista tiene lugar ya entrada la noche. El presidente de la Generalitat y de los populares valencianos hace un alto mientras intenta coser la costura que se ha abierto en el PP de Alicante por las disputas entre sus partidarios y los de Eduardo Zaplana. "La situación de Alicante se ha superado. Ha habido renuncias y todas tienen el valor político que les corresponde", dice.

Francisco Camps es consciente de que no se va a encontrar precisamente con un camino de rosas hasta la celebración del congreso, previsto a mediados de noviembre. Y cuando se le pregunta por el plante de buena parte del Grupo Popular en las Cortes el pasado mes de julio, Camps mira hacia la calle: "Con la ciudadanía he tenido la oportunidad de contrastar el valor político del PP en dos ocasiones: en las generales de marzo y en las europeas de junio. Los ciudadanos valoran de manera positiva las políticas que ponemos en marcha".

El jefe del Consell parece llevar un motor diesel -le gustan los todoterreno- y esa es otra diferencia con el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, a quien le gustan los deportivos con reprise. Así que, cuando se le interpela por los agrios calificativos que le han lanzado algunos de sus propios compañeros de partido, pone una marcha corta, coge el volante con fuerza y busca el horizonte: "Los comentarios plurales, en mi caso, son los de un partido que se siente pluralmente satisfecho de mis distintas responsabilidades políticas y orgánicas. Noto el cariño de mis compañeros y que todo el mundo ha valorado siempre positivamente cada una de las tareas que he tenido, que han sido muchas".

Camps explica que en el próximo congreso regional propondrá una estructura de dirección similar a la de Mariano Rajoy porque "te permite coordenadas de colaboración mucho más estrechas". "Más de la mitad del nuevo comité ejecutivo serán alcaldes o portavoces municipales, y poco a poco iré anunciando otros compromisos de ese comité", afirma. Luego, tras pensar su respuesta, añade: "El vicesecretario será un hombre de partido dedicado fundamentalmente al partido, que no será incompatible con ser cargo público. De nombres prefiero no hablar".

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