'Showman' irrepetible
Esta vez Diego Carrasco se puso la chistera de mago e hizo incluso alguno de estos menesteres. Pero esto es lo de menos. Lo que importa es su arte, vivo como siempre, en expansión continua. Ahí el arte no tiene secretos para él, pues lo mismo canta, que baila, que hace un recorrido por los aspectos más tristes o más divertidos de lo jondo. Todo cabe, todo tiene su lugar.
Rodeado de docena y media de chavales, Diego Carrasco se entrega a su quehacer a conciencia. Sin prisa, pero sin pausa. Abre con el grito de José Monje Cruz, como una bandera que engancha toda una teoría informal...
Esta vez Diego Carrasco se puso la chistera de mago e hizo incluso alguno de estos menesteres. Pero esto es lo de menos. Lo que importa es su arte, vivo como siempre, en expansión continua. Ahí el arte no tiene secretos para él, pues lo mismo canta, que baila, que hace un recorrido por los aspectos más tristes o más divertidos de lo jondo. Todo cabe, todo tiene su lugar.
Rodeado de docena y media de chavales, Diego Carrasco se entrega a su quehacer a conciencia. Sin prisa, pero sin pausa. Abre con el grito de José Monje Cruz, como una bandera que engancha toda una teoría informal del cante. Porque en él parece caber todo. De La Traji a Química, todo el barroco mundo de Diego Carrasco, tan rico en formas, tan diverso, tan imprevisible. Da lo mismo que esté bien o mal de voz, él hará lo que pueda. Y en lo que no pueda se buscará cómplices que le ayuden y le saquen las castañas del fuego. Al final siempre quedará su presencia expectante y pronta a intervenir en un baile, una patadita, un compás.
El Mago
Artista: Diego Carrasco. Teatro Central. Sevilla, 24 de septiembre.
El espectáculo tuvo de todo. En una primera parte bastante ordenada, todo estaba previsto y se desarrollaba de acuerdo a lo establecido sin más alteraciones que las propias de Diego Carrasco, un showman irrepetible. Después, ya más en su salsa, en libertad, Hello Dolly se quedó por el camino.